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La Acadèmia urge a firmar un "nuevo pacto cívico" ante el retroceso social del valenciano

Font de Mora no asiste a la presentación del 'Llibre Blanc de l'ús' de la institución normativ a

Ferran Bono

La Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) urgió ayer a los poderes públicos y a todos los agentes y representantes sociales a firmar "un nuevo pacto cívico por el fomento del valenciano". La petición se formuló en la presentación del Llibre blanc de l'ús del valencià, que hace una radiografía sobre la situación social y propone medidas para superar "un estado" que en la actualidad "no es satisfactorio", según manifestó el coordinador del trabajo, el académico Honorat Ros. El estudio permite analizar y comparar la evolución del valenciano en los últimos 20 años.

El volumen permite comprobar de manera muy gráfica que en el periodo comprendido entre 1995 y 2004, con el PP en el Gobierno de la Generalitat, los valencianos que dicen hablar bien o perfectamente bien la lengua propia ha pasado del 62,8% al 53%, mientras que el entendimiento ha disminuido del 87,5% al 75,9%, siempre comparando las mismas variables. Por otra parte, la capacidad lectora y de escritura ha aumentado un punto en el primer caso y cinco en el segundo, como consecuencia de la introducción del valenciano en el sistema educativo.

Honorat Ros y el vicepresidente de la Acadèmia, Josep Palomero, fueron muy cautos en sus declaraciones. El primero comentó que, además de cualquier interpretación política, se deben tener en cuenta parámetros condicionantes como el crecimiento de la población en la Comunidad Valenciana, cuya población se ha elevado en 810.000 habitantes de 1986 a 2004. De estos, el 56% nacieron en el extranjero (el 12% de la población); el 38% dentro de la Comunidad Valenciana, y el 6% en otras autonomías.

El estudio arroja un balance "pesimista por la valoración negativa que hacen los ciudadanos" sobre el uso social de la lengua y al mismo tiempo un balance "optimista por los jóvenes", que muestran más aptitudes, indicó Ros.

Los académicos manifestaron que es necesario un nuevo impulso, como lo fue en su momento la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià. Y aseguraron que el nuevo Estatut es el marco adecuado para el pacto cívico al introducir aspectos positivos como el reconocimiento del valenciano como lengua propia, el derecho a recibir enseñanza del valenciano y en valenciano o la referencia a la AVL. Es necesario, por tanto, "un gran acuerdo cívico y entre los partidos políticos para que el Pacte pel Valencià que se hizo en las Cortes no sea agua que se lleva el río", añadió Ros.

La presidenta de la Acadèmia, Ascensión Figueres, no asistió a la presentación del libro ante los medios de comunicación. Un día antes, el lunes, la Consejería de Cultura remitió a los medios por correo una encuesta sobre 2005. Preguntado sobre si esta decisión suponía una desautorización, Ros contestó: "Cada uno que piense lo que quiera". Y añadió que sería "buena la coordinación", si bien saludó que las dos últimas encuestas (de 2004, la de la AVL, y de 2005, la de consejería, que no incorpora ninguna comparativa) muestran las mismas tendencias.

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Figueres sí presidió el acto oficial de presentación, al que no asistieron el consejero de Cultura, Alejandro Font de Mora, también del PP, ni la secretaria autonómica de Cultura y Política Lingüística, Concha Gómez. El representante fue el jefe del área de Política Lingüística, Vicent Satorre.

Los políticos "venden humo"

De la encuesta de la Acadèmia salen muy mal parados los políticos valencianos. El 52% de los encuestados tiene la percepción de que los políticos usan el valenciano poco o nada, y respecto a la Administración estatal, el 42% afirma que usa el valenciano poco o nada. En concreto, sobre la actuación de la Generalitat respecto al fomento del valenciano un 44% cree que es satisfactoria, un 31% insatisfactoria o muy insatisfactoria y un 15% indiferente. El 10% no contesta a esta cuestión. Según el académico Honorat Ros, "no se trata de buscar culpables" pero esta valoración sobre la actuación del Consell supone "un déficit que tiene nuestra sociedad y que hay que solucionar".

"Los valencianos creen que los políticos venden humo, que la Administración estatal vende humo, y que la Generalitat Valenciana vende humo; y no lo digo yo, lo dicen los encuestados", dijo Ros.

El Llibre Blanc culmina con una lista de 38 propuestas, entre las que figuran la defensa jurídica de los valencianohablantes a través de un órgano integrado en la Sindicatura de Comptes; hacer que RTVV sea un "verdadero" instrumento de fomento del valenciano y "coordinarse con las comunidades de nuestro ámbito lingüístico para potenciar la lengua que compartimos".

Además, el 42% de los encuestados hace un balance negativo porque considera poco o nada el valenciano; el 35% cree que se emplea bastante o mucho y el 22% lo valora como normal. Donde más se habla valenciano es en casa, donde el 49% lo usa en alguna ocasión. El 36% de la zona valencianohablante lo hace de manera exclusiva y el 55% usa el castellano. Según Ros, "algo no va bien si el uso individual en casa es de mayor nivel que en la sociedad, porque en una sociedad en que la lengua propia se valora es fuera de casa donde más se usa".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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