117 personas pierden la vida al estrellarse un avión en Nigeria poco después del despegue

Un avión de la compañía nigeriana Bellview Airlines, una de las que gozan de mayor confianza entre la comunidad expatriada que trabaja en Nigeria por el mantenimiento que suele hacer de sus aeronaves -no había sufrido ningún accidente en 10 años-, se estrelló el sábado sobre las siete de la tarde (una hora más en la España peninsular) pocos minutos después de despegar de Lagos, en el suroeste del país, con destino a la capital, Abuja. Según la lista facilitada por la compañía, en el avión, un Boeing 737, viajaban 111 pasajeros más seis miembros de la tripulación.

Fuentes de la aerolínea apuntaron el sábado, horas después de perder contacto con el avión, que el aparato podría haber sido secuestrado o desviado a otro país, pero ayer todo parecía indicar que la causa del siniestro fue la fuerte tormenta eléctrica que azotó la zona occidental del país durante una hora.

A unos 24 kilómetros al oeste de Lagos, los pilotos realizaron una llamada de emergencia tres minutos después del despegue, justo antes de desaparecer del control del aeropuerto Murtala Muhammed. Poco después, el avión se estrellaba en una zona cercana a la localidad de Kichi. Ninguno de los pasajeros sobrevivió, según informaron fuentes de la Cruz Roja. "Los equipos de rescate sólo han encontrado cuerpos carbonizados", afirmó el secretario general de la organización en Nigeria, Abiodun Orebiyi, que describió la zona del impacto como un amasijo de hierros en un enorme cráter de 20 metros de profundidad.

Las primeras informaciones oficiales habían asegurado a primeras horas de la mañana del domingo que había 50 supervivientes, e incluso el ministro de Sanidad apareció en televisión para anunciar que habían sido trasladados a los hospitales.

La confusión hizo que se vivieran escenas de tensión en el bullicioso aeropuerto de Lagos, donde muchos de los familiares de los pasajeros esperaban impacientes la información. La ilusión creada por las autoridades con el anuncio de supervivientes se convirtió en escenas de llanto y desesperación cuando la Cruz Roja confirmó definitivamente que todos los pasajeros habían muerto. "¿Por qué nos han dicho que había gente viva? Nos han dado esperanzas falsas para ganar tiempo y controlar la situación", aseguraba una mujer que había perdido a su hermano.

Varios altos cargos que asistían a una reunión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) presidida por el presidente del país, Olusegun Obasanjo, se encontraban entre los pasajeros. Ningún español viajaba en el vuelo, según informó ayer el consulado en Lagos, aunque sí un diplomático estadounidense casado con una española residente en Abuja. Bellview Airlines es una compañía privada nigeriana con 10 años de antigüedad que opera en vuelos internacionales y en la zona occidental del continente africano. Hasta la fecha, la empresa no había tenido ningún accidente aéreo. El vuelo 200 de la compañía que se estrelló el sábado era el último del puente aéreo que enlaza todos los días la antigua capital, Lagos, una enorme y anárquica urbe de más de 13 millones de personas, y la moderna y flamante nueva capital, Abuja.

La tragedia aérea más grave ocurrida en Nigeria es la que se registró el 4 de mayo de 2002 en la ciudad norteña de Kano. Un bimotor de transporte de pasajeros de la compañía EAS, con 76 ocupantes, se estrelló contra un populoso barrio tras despegar y causó más de 150 muertos. La anterior catástrofe aérea se remonta a 1996, cuando 143 personas murieron al estrellarse un Boeing 727 poco antes de aterrizar en el aeropuerto de Lagos.