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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El hostigante hedor de la corrupción

Con más de dos quinquenios en las Cortes y unos cuantos más en la política activa, el popular Rafael Maluenda no puede alegar inocencia o buena fe al revelar los trámites de la Agencia Tributaria por los pagos efectuados en paraísos fiscales a raíz de los conciertos de Julio Iglesias en Shangai y México. Ha sido una andanada contra la gestión de Eduardo Zaplana, de cuyo tránsito por la Generalitat -todo hay que decirlo- no trascendieron notables escándalos económicos e inmobiliarios. Es posible que entonces se estuviesen cociendo y es eso lo que el veterano diputado de Monòver ha querido decirnos al desvelar este viejo asunto con el que trataría de airear el hedor a corrupción que desprende el actual Gobierno de Francisco Camps.

Pero al actuar así, el diputado alicantino no ha hecho más que mentar la soga en casa del ahorcado, condensando la atención en los trapicheos -y que valga la metáfora- que emergen a diario a propósito, por lo general, de las iniciativas inmobiliarias que están asolando el País Valenciano y corrompiendo a tantos gestores públicos, sin mención especial de uno u otro partido, pues tanto populares como socialistas se están mostrando permeables al irresistible encanto de las ventajas que decanta la floreciente economía de las oportunidades urbanísticas. Puede describirse más claro, pero ya nos entendemos. Basta ver cómo alcaldes y concejales se han puesto o se están poniendo las botas, amparados a menudo por los grandes partidos, capaces asimismo de acoger a tránsfugas con marchamo de delincuentes.

Esta semana no traeremos a colación los episodios protagonizados por el primer edil de Torrevieja o el inefable presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra. No se nos deben olvidar, pero también hay que darles un resuello en esta hora crepuscular de su trayectoria política. Porque suponemos que están en liquidación y que sólo falta esperar la oportunidad para licenciarlos. Una orla de irregulares y sospechosos en la que no estarán solos. No es caritativo, además, obligar al molt honorable Francisco Camps a dar la cara por ellos cada vez que se les menta, cuando es obvio que al presidente se le apila la faena con tanto tráfico municipal y urbanístico con vitola de juzgado de guardia.

Tal es el caso -decimos por las alarmantes a la par que chistosas apariencias- del alcalde popular de Orihuela, José Manuel Medina. Que reside en una -"lujosa", dicen- vivienda de un promotor a quien le ha recalificado suelo para miles de casas. Y no sólo eso: la ósmosis con el sector del ladrillar le permite poseer un coche de gran cilindrada -por supuesto que lujoso- que es, mira por dónde, de un concesionario a quien el edil le ha recalificado terrenos costeros. El munícipe alega que cada cual, en su modestia, se gana la vida como puede. Muy cierto. Pero él, mientras desempeñe el cargo que tiene, no debe constituirse en piedra de escándalo. Claro que si no se apresura a exprimir su oportunidad igual se queda compuesto y sin ganancia. Un poco o mucho de cinismo apenas si se nota.

Y qué nos cuentan de Francisco Arnal, ex alcalde socialista de Náquera y hoy tránsfuga en las filas del PP, a cuyo partido le ha garantizado la mayoría absoluta. Ahí está, un tipo que puede acabar siendo hijo benemérito de la villa, cuando debería estar en el trullo por violar la voluntad del electorado. Y si no, díganme qué se puede hacer con individuos como Juan Agustín Sanmiguel, otro tránsfuga del PSPV de Llaurí, que ha descubierto el profundo y coherente mensaje conservador a cambio de la concejalía de urbanismo. Sospechamos que un día será figura mediática, solo que en la crónica judicial.

Hiede. Por donde huelas, mires o toques. Y resulta paradójico que las iras o los reproches se polaricen en el consejero de Territorio, Rafael Blasco, cuando, sin atenuarle sus responsabilidades institucionales, la culpa se reparte por igual entre los grandes partidos, y los taimados promotores, que callan, seducen -ya me entienden- y decoran sus despachos y hogares con lienzos de las mejores firmas. El aroma del euro fácil los ha cultivado. ¿Dónde los fiscales anticorrupción, dónde Torquemada?

PREMIS OCTUBRE

Esta semana que entra estará culturalmente cubierta por la 34ª edición de los Premis Octubre, la más cumplida manifestación literaria -no sólo- de los valencianos, por más que un sector social indocto y cerril se obstine en ignorarla. Iba a decir que peor para ellos. No, peor para el País, que exhibe así, como una lacra, su división e incivilidad, Alentada -digámoslo todo- por una derecha intelectualmente desarmada. Miente cuando se promociona como liberal, pues de eso anda manca. Y miente cuando su TV, la pública, Canal 9, la que nos han expropiado, silencia el acontecimiento. Todavía son caterva y caverna. Atentos a las conferencias y conciertos desde mañana mismo.

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