Interior combatirá el narcotráfico y el pandillismo en colegios e institutos
Policías y guardias civiles vigilarán en las inmediaciones de los centros
El ministro del Interior, José Antonio Alonso, anunció ayer que su departamento está diseñando un plan contra el tráfico de drogas y el pandillerismo en colegios e institutos y sus alrededores. El progresivo aumento del consumo de drogas ilegales entre los bachilleres, la percepción de los escolares de que es fácil comprar hachís o cocaína y el descenso hasta los 14 o 15 años en la edad de inicio en el consumo han llevado a preparar este plan. Lo primero será crear un mapa de zonas de mayor riesgo. El objetivo es que esté en marcha en enero.
Alonso cursó la semana pasada la orden política para diseñar el plan, y los primeros pasos se dieron ayer. Los directores del Cuerpo Nacional de Policía, Víctor García Hidalgo, y de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, se reunieron por la mañana con el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, para comenzar el diseño de un dispositivo de control y vigilancia de las inmediaciones de los centros escolares.
"El plan supone labores profesionales de vigilancia y control del tráfico de estupefacientes y otras formas de criminalidad, incluido el acoso de bandas más o menos organizadas que actúan en las inmediaciones de colegios e institutos", aclaró el ministro, durante un desayuno de trabajo en el Congreso de los Diputados, organizado por la Asociación de Periodistas Parlamentarios.
El ministro aseguró que su intención es que el plan se lleve a cabo "en colaboración con los centros educativos y los padres" de los alumnos, y que se ejecute en el exterior, no dentro de los colegios. Lo primero que harán las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado será desarrollar un mapa de zonas de mayor riesgo. Éstas se concentran en las grandes ciudades españolas, especialmente Madrid y Barcelona.
Denuncias crecientes
El proyecto parte de la constatación de que el consumo de drogas comienza en la edad fronteriza en la que los estudiantes pasan de la enseñanza primaria a la secundaria. Y parte también del hecho de que cada vez son más las denuncias de docentes, alumnos y padres sobre la presencia intimidatoria de pandillas juveniles que se hacen fuertes en las inmediaciones de los centros escolares.
La metáfora del hombre del abrigo gris que repartía caramelos con drogas para incitar a la adicción ha sido sustituida por la realidad de estudiantes de cursos superiores de enseñanzas medias que trafican con drogas con sus compañeros para ganar dinero y pagarse su propio consumo. La última encuesta sobre drogas en la población escolar, efectuada en 2004 entre 25.521 estudiantes de 3º y 4º de ESO, y de 1º y 2º de Bachillerato LOGSE, revela cómo las drogas, legales e ilegales, gozan de buen cartel.
Lo primero que llama la atención de la encuesta del Plan Nacional sobre Drogas es que el 71,8% de los encuestados, chavales de entre 14 y 18 años, cree que es fácil o muy fácil conseguir hachís, porcentaje que se reduce al 46,7% en el caso de la cocaína. Hace sólo dos años, esos porcentajes eran del 67,9% y del 43,5%, respectivamente. Eso quiere decir que los jóvenes tienen cerca a los traficantes.
La facilidad de acceso se ha traducido en un aumento del consumo. El 36,6% admite que se ha fumado al menos un porro en los 12 meses anteriores (por un 32,8% de 2002) y otro 7,2% reconoce que ha esnifado una raya de cocaína en el año anterior (frente a un 6,2% de 2002). La edad media de inicio en el consumo de la cocaína se mantiene prácticamente estable entre los 15,7 y los 15,8 años, mientras que la de comienzo en el hachís continúa bajando y ya está en los 14,7 años.
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