_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Zaplana

Como la agencia en que colaboraba con mis artículos de opinión desde hace años, me ha dado el finiquito porque al señor Zaplana no le gustaban mis crónicas en que me permitía criticar, alguna vez, su labor política, lo haré desde estas paginas a las que, estoy seguro, no llegará la mano censuradora zaplanera. El caso es que Hacienda, según se ha sabido ahora, ha sancionado al Instituto Valenciano de la Exportación por los pagos realizados a Julio Iglesias, en virtud de un contrato B acordado por el gobierno autonómico de la Comunidad Valenciana, presidido por el señor Zaplana, en 1997. El contrato liberaba al artista de pagar impuestos y ascendía a 990 millones de pesetas, que se transfirieron a empresas domiciliadas en paraísos fiscales. Y el acuerdo se formalizó en dos documentos: uno que se dio a conocer, por importe de 375 millones de pesetas, y otro, firmado el mismo día y ocultado por el gobierno presidido por Zaplana, por importe de 615 millones de pesetas. A cambio de estas millonadas, el cantante se comprometía a promocionar la Comunidad Valenciana en algunos países. (Imagino que también existiría una cláusula en que Julio Iglesias adquiría, además, el compromiso de que cada vez que se encontrase con el señor Zaplana se dirigiría a él llamándole ¡¡campeón!! mientras le daba un fuerte abrazo. Al menos es eso lo que hace cada vez que se encuentran). Mil millones de pesetas por docena y media de coplas. Y aunque fueran dos docenas. No sirvió para nada. Y mientras se derrochaba este dinero de los contribuyentes, los escolares valencianos tenían -y tienen- que asistir a sus clases en barracones incómodos por falta de escuelas e institutos. Y si este derroche fuese el único... Así dejó las arcas de la Generalitat cuando se fue a Madrid, a ejercer de ministro: endeudada hasta el moño. Me gustaría saber qué hubiesen dicho, en caso de ser Zaplana del PSOE, sus amiguetes del sector mediático madrileño: Pedro J., Luis Herrero, Jiménez Losantos, Carlos Dávila, Pilar Ferrer, Julián Lago... y los diarios adictos al PP. ¡Cómo lo hubiesen puesto! Pero para esta tropa, que Zaplana contribuya a defraudar a Hacienda, eso no es nada. Hipócritas.

fburguera@inves.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_