Las lluvias alejan las restricciones hasta la primavera

Las lluvias caídas en los últimos días han producido un notable crecimiento de las reservas de agua en los embalses de las cuencas del Ter y del Llobregat. El crecimiento global suma 47,85 hectómetros cúbicos, equivalentes al consumo de un mes y medio en el área metropolitana de Barcelona. Además, el agua ha sido esta vez generosa en la cuenca que estaba en peor situación y a punto de entrar en fase de emergencia, la del Llobregat. El resultado ha sido un aumento notable de las reservas. Los tres pantanos de esta cuenca (La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç) han pasado de estar en situación límite, con el 21,52% de la capacidad, a alcanzar el 27,70%. Una cuenca entra en fase de emergencia cuando sus reservas se reducen al 20% o por debajo de ese porcentaje.

La Agencia Catalana del Agua trabaja ahora con la hipótesis de que, en el peor de los casos y si no cayera una sola gota más, la entrada de la cuenca en fase de emergencia, prevista inicialmente para principios de noviembre, no se producirá hasta mediados de diciembre, lo cual implica que la población empezaría a notar las restricciones en la segunda quincena de febrero.

Los responsables de la gestión del agua, sin lanzar las campanas al vuelo, creen que las últimas lluvias aportarán aún alguna cantidad más a los pantanos, a los que es especialmente beneficiosa una lluvia que, como la última, se produce con el terreno ya mojado por otra anterior. Pese a todo, el director general de la Agencia Catalana del Agua, Jaume Solà, recordó ayer que la sequía aún no ha sido superada.