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Entrevista:José Miguel Insulza | Secretario general de la Organización de Estados Americanos | 15ª CUMBRE IBEROAMERICANA | La entrevista

"España es vista todavía como una unidad por los latinoamericanos"

Antonio Caño

José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) desde el pasado mes de mayo, ex ministro de Asuntos Exteriores y de Interior de Chile, participa en la cumbre de Salamanca como uno de los observadores mejor situados para analizar la situación de América Latina y su relación con el resto del mundo. En su opinión, España es un referente esencial en la evolución de la política latinoamericana pero no debe ser vista como una alternativa a Estados Unidos. Insulza, de 62 años, propicia un acercamiento entre Washington y el Gobierno de Venezuela y considera poco realista en la actualidad un debate para la reincorporación de Cuba a la OEA.

Pregunta. ¿Qué representa hoy España para América Latina?

"Las empresas que llegan a América son españolas, no importan que sus nombres sean catalanes o vascos" "Venezuela no ha sido planteado nunca como un problema dentro de la OEA"
"Para América Latina lo importante es que España tenga una política exterior fuerte y una presencia fuerte" "Latinoamérica no está en estos momentos entre los ejes de crisis de EE UU, y eso no me parece mal"
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Respuesta. España es vista en América Latina como el país más cercano. Dejando de lado los temas históricos y culturales que son base de eso, en los últimos 30 años España ha fortalecido sus vínculos con América Latina con una presencia política mucho mayor, con la presencia de empresas españolas, con intercambios culturales... en todos los planos. Sin dejar de lado la influencia de otros países, España es vista por los latinoamericanos como una relación primordial.

P. ¿Afecta la evolución interna de España a las relaciones con América Latina?

R. La política internacional sí. La política exterior europea siempre ha sido vista en América Latina como una forma, no de reemplazar a la influencia de otros países y otras regiones, no de ser una alternativa a Estados Unidos, pero sí de diversificar y de tener una política exterior más amplia. Pero por lo que respecta a los temas internos de España, el debate entre las comunidades, no son tema de discusión en América Latina, no son relevantes por lo que se refiere a la posición de los latinoamericanos hacia España. España es vista todavía como una unidad por los latinoamericanos, eso es lo fundamental, aunque claro eso puede cambiar en la medida en que cambien las cosas aquí. Para América Latina lo importante es que España tenga una política exterior fuerte y una presencia fuerte. Las empresas que llegan a América Latina son españolas, no importan que tengan nombres catalanes, vascos o castellanos.

P. ¿Cree que la política de América Latina está demasiado supeditada a sus relaciones con Estados Unidos?

R. Yo no creo que Estados Unidos tenga hoy la posición de un país que trata de impedir la relación de América Latina con el mundo. Por el contrario, yo creo que se siente cómodo con que América Latina tenga sus propias relaciones. Alguna gente se queja de que Estados Unidos muestra en estos momentos poco interés hacia América Latina. Yo creo que lo que quieren decir es que América Latina no está en estos momentos entre los ejes de crisis de Estados Unidos, y a mí eso no me parece mal. Yo creo que tenemos que tener relaciones normales con EE UU y lo menos cruzadas posibles con los factores de crisis que a veces influyen en la política norteamericana.

P. ¿Ha supuesto la Administración de George Bush un retroceso en las relaciones EE UU-América Latina?

R. No lo veo como un retroceso. Yo veo bastante atención hacia América Latina y espero que se mantenga. Y no actúa con una política de imposición. Estados Unidos es ciertamente el 80% del Producto Interno Bruto de las Américas, pero esto no significa que traten de imponer su política.

P. ¿Es la OEA una organización tan irrelevante como se piensa?

R. En el periodo de la guerra fría, la OEA no fue nada irrelevante. Pueden gustarnos o no las cosas que hizo, pero no fue irrelevante en Guatemala, en la República Dominicana, en Cuba... Hoy trabajamos muy intensamente en las crisis de América Latina: en Colombia, en Haití, en Nicaragua, en Bolivia... Pero, por supuesto, nuestra política más general debe de ser la de tratar de prevenir las crisis.

P. ¿Cuál es hoy el desafío principal en ese terreno?

R. Yo creo que hoy el reto principal es el de la gobernabilidad, entendida tanto en cuanto a estabilidad de los Gobiernos como la calidad de los Gobiernos. En los últimos 15 años 11 presidentes de América Latina no han podido terminar sus mandatos, y además cinco de sus reemplazantes tampoco pudieron culminar el periodo. Esto da cuenta de una inestabilidad que otorga demasiada ventaja a otras regiones del mundo.

P. ¿Ha considerado usted la posibilidad de sacar la OEA de Washington y buscar una sede en otro país?

R. Se ha planteado muchas veces. Pero yo soy realista, se trata de una empresa de grandes proporciones, y yo no aprecio una presión en Washington que nos impida trabajar con normalidad.

P. ¿Es justa la queja del presidente colombiano Álvaro Uribe sobre el exceso de "turismo presidencial"?

R. Hay que buscar una forma de aligerar las agendas de los presidentes y hacer funcionar más a las cancillerías. No se pueden tener tantos organismos internacionales. Hemos tenido una cantidad excesiva de cumbres, y eso no ayuda a tomar decisiones relevantes.

P. ¿Constituye el régimen de Venezuela una irregularidad dentro del panorama actual en América Latina?

R. Desde que yo estoy al frente de la organización no he tenido nunca un problema con Venezuela ni Venezuela ha sido planteado nunca como un problema dentro de la OEA. No niego que las dificultades entre Venezuela y EE UU se han trasladado a veces a los debates, pero Venezuela es un miembro que colabora mucho con la organización. No tengo ningún reparo que formular.

P. ¿No siente la necesidad de estar atento a las condiciones democráticas en Venezuela?

R. Venezuela nos ha planteado una observación de las elecciones de fin de año y hemos acordado las condiciones de esa observación. Sin referirme a nadie en particular, cualquier alteración del orden democrático constituye un tema de preocupación para la OEA, pero nosotros no hemos visto en Venezuela ninguna alteración sustancial de las reglas del juego. De forma personal, yo lo que sí quisiera es ver un mejor diálogo entre Estados Unidos y Venezuela.

P. ¿Debería levantarse la suspensión a Cuba en la OEA?

R. La verdad es que el tema nunca ha sido tratado a fondo, yo creo que porque todo el mundo sabe que no produciría ningún efecto positivo, no nos pondríamos de acuerdo y, probablemente, quedaríamos más divididos todavía. Pero, naturalmente, no quisiera que de forma permanente un país latinoamericano estuviera excluido del debate.

P. ¿Podría eso ocurrir en breve?

R. La realidad es que muchas características del sistema vigente en Cuba no coinciden con las exigencias de la Carta de la OEA. En estos momentos no hay condiciones para facilitar una aproximación.

P. Visto en perspectiva, usted, que tuvo un papel crucial durante el conflicto entre España y Chile a propósito de Pinochet, ¿cree que su detención tuvo un papel positivo en el desarrollo de la democracia en Chile?

R. Yo sigo pensando que la detención de Pinochet no fue conforme a derecho, que España no tenía atribuciones, pero he de reconocer que la historia cambió. Eso es real. El aprecio de los derechos humanos en el mundo no fue el mismo después de la detención de Pinochet. Yo ya había firmado el tratado para la Corte Penal Internacional un mes y medio antes de la detención de Pinochet, pero después adquirió un nuevo dramatismo. Para la globalización de los derechos humanos, la detención de Pinochet jugó un papel central.

P. ¿Comparte entonces ahora la pretensión de la justicia española de actuar fuera de sus fronteras en algunos asuntos?

R. Yo en esto digo lo mismo que decían muchos durante el debate sobre la guerra de Irak: sí, siempre que lo decida Naciones Unidas. La mejor forma de internacionalización es que nos demos todos las mismas reglas y que las cumplamos todos. Y que nadie se abrogue el derecho a actuar unilateralmente cuando corresponde a intereses de todos.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.EFE

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