El PSE salva a Rabanera de la censura, pero reitera que no apoyará su gestión
El diputado general dice que Álava necesita gobiernos constitucionalistas y no nacionalistas
La abstención fue finalmente la postura que adoptó el PSE para hacer fracasar, como había anunciado desde el principio, la moción de censura presentada por el PNV, EA y EB contra el diputado general de Álava, Ramón Rabanera, y evitar que los populares fueran desalojados después de seis años de la institución foral. Los socialistas desecharon la opción de votar en contra de la censura para evitar que se interpretara como un apoyo explícito a Rabanera, con quien tienen rotos todos los puentes. Después de un debate de seis horas, cuatro ayer y dos el lunes, el pleno de las Juntas Generales de Álava rechazó la iniciativa por 17 votos en contra -16 del PP y uno del portavoz de la extinta Unidad Alavesa, Ernesto Ladrón de Guevara-, 22 votos a favor del PNV, EA y EB y las 12 abstenciones del PSE.
"Rabanera ha fracasado como diputado general y Álvaro Iturritxa como alternativa", afirma el portavoz socialista
El PNV rechaza el pacto presupuestario a tres bandas ofrecido por el PSE para superar el atasco en la gestión
El portavoz de los socialistas, Juan Carlos Prieto, explicó esa fotografía fraccionada de la política alavesa con el argumento de que los ciudadanos no necesitan una opción minoritaria -el tripartito- para suceder a un gobierno del PP también en minoría, sino una alternativa "integradora y dialogante". En su opinión, frente al "bloqueado" Ejecutivo alavés, que no ha conseguido aprobar ningún presupuesto desde que Rabanera fue elegido en 2003 con el apoyo del PSE, y a la también "fracasada unión nacionalista", que ayer no consiguió ganar la censura, sólo está el PSE para "salir del atolladero" y propiciar un entendimiento que haga avanzar la provincia. Prieto volvió a ofrecer tanto al PNV como al PP un pacto presupuestario "para sacar a Álava y a todos sus vecinos del estancamiento", pero dejando claro que "Rabanera ha fracasado como diputado general y Álvaro Iturritxa como alternativa".
El candidato del tripartito tomó la palabra en la réplica para responder a los ataques de los portavoces del PSE y del PP. Iturritxa, que en todo momento intentó asimilar al PSE con el PP, atribuyéndole la responsabilidad de las dos legislaturas populares, rechazó las ofertas de diálogo que, por separado, hicieron los dos partidos constitucionalistas para reactivar la provincia. Se negó a colaborar en un eventual acuerdo a dos o tres bandas porque "las ofertas del PP y del PSE son un auténtico despropósito, sobre todo después de constatar la incapacidad de ambos para pactar".
En sus dos intervenciones, Rabanera eludió cualquier crítica expresa a los socialistas y extendió al resto de grupos de la oposición un marco de colaboración en tres temas que calificó de fundamentales: los servicios sociales, la financiación local y la modificación de la Ley de Aportaciones. Pero el candidato peneuvista, lejos de abrir algún resquicio al entendimiento, optó por el ataque directo.
"Usted está alineado con el PP, y eso no es la centralidad política", afirmó Iturritxa dirigiéndose a Prieto. Añadió que su propuesta de un pacto a tres PP-PNV-PSE para las cuentas de 2006 "es una mala versión de una mala película", la ya abandonada propuesta socialista de un gobierno de concentración.
"Señor Iturritxa", le espetó Prieto en la primera intervención, "tiene usted menos visión política que el que asó la manteca. Nos piden los votos para que apoyemos un gobierno nacionalistam y ni siquiera nos llaman para explicarnos sus intenciones".
El PNV empleó los argumentos más políticos contra el PSE, "porque han entregado de manera incondicional por segunda vez el Gobierno al PP", y dejó para Rabanera y su equipo la descalificación directa. Hasta tal punto que el diputado general reprocho al primer portavoz del tripartito, Claudio Rodríguez, el reiterado "recurso al insulto y al mal gusto" en sus intervenciones.
El diputado general replicó a Iturritxa colgándole el sobrenombre de "perdedor": por no alcanzar la mayoría suficiente en las elecciones de 2003 y por presentar la moción a sabiendas de que la iba a perder. A renglón seguido quiso darle la vuelta al debate y, para contrarrestar las críticas de "caos, desgobierno y descontrol" que comparte toda la oposición, dedicó gran parte de su discurso a sostener que Álava es una provincia de referencia en su entorno.
Rabanera argumentó que es la provincia líder de Euskadi y de todo España en datos como riqueza, empleo, asistencia social o comercio. "Lo saben ustedes, lo sabe el Gobierno vasco, el Instituto Vasco de Estadística y el Instituto Nacional de Estadística", señaló. También destacó que que Álava tiene la tasa de paro más baja de la historia, un 3,8% de la población activa, diez puntos menos que cuando el PP entró en la Diputación hace seis años, y que el paro femenino está en el 5,4%.
Por ello, concluyó que la moción de censura es contra un gobierno que disgusta a los nacionalistas por su vinculación con aquello que los alaveses votaron en referéndum -"la Constitución y el Estatuto"- que el único objetivo del PNV y EA "es intentar sumar a la Diputación al plan Ibarretxe, a los pactos con Batasuna".
Siguiendo con esta tesis, Ernesto Ladrón de Guevara (UA) afirmó que la moción no se presenta porque Álava vaya mal, sino porque "hay que debilitar al PP como sea".
El portavoz de EA, Manuel Ibarrondo, indicó que, a pesar del apoyo del PSE al PP, ambos solo tienen en común "su antinacionalismo vasco". José Miguel Fernández, de EB, afirmó que si el PSE mantiene al PP, "es responsable" del escenario que se abra ahora en Álava.
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