La mayor amenaza para el modelo turístico es la falta de coordinación de los agentes implicados
Una experta pide un gran pacto entre todos los agentes para evitar los malos tiempos
"Un modelo turístico no se puede cambiar, se puede compaginar", defendió Amparo Sancho, responsable de Investigación en Turismo de la Universitat de València tras intervenir en la jornada sobre sostenibilidad turística celebrada ayer. Compaginar, en el sentido de enriquecer, y "cubrir las deficiencias". Sancho insistió en la importancia de buscar un consenso entre los agentes implicados para evitar pasarlo mal en el futuro. Para la investigadora la principal amenaza del modelo turístico es la falta de coordinación entre los sectores implicados en el mismo.
Existe suelo calificado para triplicar los niveles actuales de urbanización
La investigadora valenciana esbozó tres preguntas en la jornada organizada ayer por la Fundación Entorno: "¿De dónde venimos?, ¿dónde estamos? y ¿dónde queremos ir?" Venimos, señaló, de un modelo de sol y playa de éxito y de un crecimiento urbano en el litoral "insostenible", sobre todo en algunos puntos. Estamos, añadió, en un momento de moderación en los "niveles de ingresos, en una fase de internacionalización y deslocalización de las empresas turísticas" y en el que hay destinos "faltos de dinamismo y a veces obsoletos". Y el camino de la sostenibilidad -característica que relaciona con la competitividad de un destino turístico- debe ir de la mano de la calidad de la oferta, de adquirir ventajas competitivas con los competidores o de identificar "nuevas oportunidades de mercado".
En este contexto, Amparo Sancho explicó que el modelo turístico valenciano es "extraño porque es diferente de lo que se está transmitiendo como sostenible". Apostó, en cualquier caso, por un modelo que dijo que funciona. "Un modelo turístico no se puede cambiar, se puede compaginar", dijo. Y se deben cubrir sus deficiencias.
La investigadora admitió que tienen asumido que el "crecimiento urbanístico no se puede frenar". De hecho, su intervención recoge la consideración de que existe calificación de suelo para triplicar los niveles actuales de urbanización. Por ello, puso el acento en la necesidad de lograr consensos, de buscar un gran pacto entre todos los agentes implicados -ayuntamientos, población, Consell, empresas e incluso ONG u organizaciones sin ánimo de lucro como las que luchan contra los abusos urbanísticos- en busca de coordinar la gestión. Consensuar posiciones en vez de confrontar intereses, añadió, como ocurre en la actualidad en muchos casos. La profesora considera que la "descoordinación de la gestión" es la principal amenaza interna de nuestro modelo turístico, mientras que a nivel exterior menciona las amenazas externas y desastres o crisis de salud.
La jornada también contó con la presencia del consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, que frente a las declaraciones de que hay calificaciones de suelo para triplicar la urbanización actual defendió que más de la cuarta parte de los 470 kilómetros de costa (137 kilómetros) disponen de algún tipo de protección. Blasco defendió que el turismo sostenible "debe apuntar hacia la aplicación de las mejores prácticas en la gestión ambiental".
Al seminario acudió una nutrida representación del sector empresarial turístico valenciano. Entre los asistentes ayer se dejaron ver responsables de la Unión Hotelera de Valencia o a Pere Joan Devesa, presidente Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec). Devesa consideró que en Benidorm se está gestionando "bastante bien" el modelo turístico y se escudó en las cifras de ocupación e ingresos de este año para argumentar su afirmación. Preguntado por la sostenibilidad de un modelo muy dependiente de un solo mercado como es el británico, el responsable empresarial aunque admitió que puede ser "un factor de debilidad" depender de un mercado valoró la importancia de recibirlo. Y añadió que el mercado español es el segundo en importancia en Benidorm.
"El mejor turista es el que viene y el peor el que no viene", comentó Pere Joan Devesa, quien recordó que aún se trabaja para recuperar el mercado alemán, que se perdió a finales de los años 70 tras varios años con restricciones de agua. El empresario aprovechó el comentario para insistir en que "lo normal" si no hay agua, "es traerla".
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