Los rectorados elaboran las listas de posgrados y la consejería se prepara para una gran criba

Las universidades valencianas ultiman sus propuestas de posgrados oficiales, adaptados a las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que deben presentar a la Administración autonómica antes del 30 de noviembre. Una vez recibidas, la Consejería de Empresa, Universidad y Ciencia se pronunciará sobre ellas. Su visto bueno es indispensable para que los posgrados sean remitidos en febrero al Consejo de Coordinación Universitaria y puedan entrar en vigor en el curso 2006-2007.

La consejería y los vicerrectores consultados coinciden en considerar inadecuado que la definición y la implantación de los posgrados se efectúe antes de que se conozcan los detalles de los nuevos grados, empezando por su duración. Es algo así, comenta un vicerrector, como empezar la casa por el tejado.

Los posgrados, tal y como está definido el EEES, completan la formación recibida en los grados, serán más especializados que estos (planteados como generalista), deberán tener un enfoque profesional (adaptado al mercado de trabajo) y fomentar la internacionalización, tanto de los profesores participantes como del alumnado. La perspectiva es que vayan sustituyendo a los doctorados tradicionales, aunque la categoría de doctor continuará existiendo.

Los posgrados convivirán algún tiempo con los doctorados, e indifinidamente con las tres clases principales de los llamados títulos propios -aquellos que no son reconocidos ni por la Administración central, ni por la autonómica, y cuya autoridad depende exlusivamente de su prestigio: máster (entre 60 y 120 créditos); diplomas (de duración inferior) y certificados (que se obtienen, por ejemplo, acudiendo a un seminario).

¿No resulta excesiva la demanda que ofertan las universidades a los titulados? El vicerrector de la Universitat de València, Antonio Ariño, responde que las universidades son instituciones complejas, que tratan de dar respuesta a la paralela complejidad de la sociedad.

La comunidad académica presentó unos 150 propuestas de posgrados a la Universitat. El departamento de Ariño prevé seleccionar entre 45 y 50. Se han descartado para esta convocatoria dos tercios del total, pero al director general de Universidades, José Capilla, sin embargo, continúa sobresaltándole un tanto la cifra. Capilla ya adelantó hace meses que los criterios para aceptar los posgrados serían exigentes. Y aunque no se pronuncia sobre el número definitivo advierte de que algunas comunidades autónomas, como la andaluza, han transmitido a los rectorados que el máximo de propuestas por universidades son cuatro. Aunque la consejería valenciana no sea tan restrictiva, la criba será inevitable.

¿Cómo se financiarán? Los posgrados tendrán precios públicos (al contrario que la matrícula de los títulos propios), y un vicerrector afirma que la consejería les comunicó que tendrían "coste cero", es decir, que no se destinarían fondos extra. Capilla matiza esa información. Asegura, de un lado, que los posgrados sustituirán a otro tipo de ofertas universitarias, como los posgrados, que ya son financiados por la Generalitat. Y, del otro, que la financiación específica no está descartada, aunque se examinará caso por caso.

Las empresas y otro tipo de instituciones extrauniversitarias también participarán en la financiación de los posgrados, tal y como ya ocurre en los máster. Las condiciones impuestas por la Administración son claras: El dinero privado no podrá servir pagar al personal de las universidades públicas, pero sí para pagar a los profesores de otras universidades y a los profesionales no académicos que deban intervenir en los cursos.

María José Frau, vicerrectora de Armonización y Calidad en la Universidad de Alicante, por su parte, señala que "algunas propuestas se integrarán en los cursos de doctorado". A su juicio, el proceso que se ha iniciado es "muy interesante" y los profesores están preparando "propuestas atrevidas" que se decantan entre la investigación y la profesionalización. "La gente trabaja con entusiasmo, ahora depende de la Consejería la decisión final", explica Frau.