El 80% de los sacerdotes católicos de Ucrania están casados
Los 252 obispos reunidos en sínodo romano no prodigan los aplausos porque su iglesia vive en crisis y "Dios está proscrito de la vida pública", según el Papa. Hay cuatro excepciones, de momento. Se trata de dos prelados, de Rumanía y de Irak, que han relatado el sufrimiento de los católicos en esos países; un arzobispo ucranio, que pronosticó ayer que en poco tiempo los sacerdotes casados, ahora el 80% en su diócesis, pasarán a ser sólo la mitad; y los aplausos a Benedicto XVI cuando el presidente sinodal, el cardenal nigeriano Francis Arinze, anunció: "El Papa quiere hablar".
"El Papa habló 10 minutos, sin papeles, en italiano, en una intervención muy bella, muy teológica, sobre la dimensión sacrificial de la eucaristía". Es todo lo que dijeron los portavoces del sínodo. Se había anunciado el viernes que el texto del discurso, "meramente teológico", había sido enviado a "revisión" para su posterior "publicación", pero ayer se hizo oficial que "no será difundido". El Papa ha pedido que tampoco se hagan públicos ni siquiera los nombres o nacionalidades de los prelados que hablen en la tanda "de intervenciones libres" de esta asamblea, una hora vendida como "la gran novedad" del primer sínodo de la era Ratzinger.
Intervenciones libres
Mientras la Iglesia romana discute si abrir el sacerdocio a hombres casados, la Iglesia católica de Ucrania, de rito oriental, lamenta tener "demasiados" curas casados, cerca del 80%, según el arzobispo de Ivano-Frankivsk, Sofron Stefan Mudry. Sus palabras en la hora de "intervenciones libres" fueron filtradas ayer, y también que el anciano prelado fue muy aplaudido.
En Ucrania el matrimonio de sacerdotes está permitido sólo antes de la ordenación. Quien esté casado no puede ser obispo. El objetivo de la iglesia local es que los esposados sólo sean un 50% porque tener familia "distrae tiempo al clero", dijo Mudry.
La alegría de los padres sinodales, expresada en aplausos, no pasa de ser un regocijo retórico, al menos en las iglesias occidentales, en las que la creciente crisis de vocaciones está obligando a muchas conferencias episcopales a pedir a sus hermanas del Este el envío urgente de sacerdotes para atender, al menos, a los emigrantes de esos países. El sínodo ha conocido el dato último de la situación en Italia: el 4% de los sacerdotes en este país han llegado del Este, la inmensa mayoría con sus esposas e hijos. En España, son decenas los clérigos extranjeros que atienden parroquias en Cataluña, Levante y Andalucía, también casados en su mayoría. Algunas conferencias episcopales ha solicitado a las diócesis de origen que, a ser posible, envíen curas célibes, pero es una petición difícil de atender a juzgar por los datos ofrecidos ayer por el arzobispo de Ivano-Frankivsk
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