Vísperas
Será porque cae en domingo y el calendario ha volado ese puente que da, en otros años, un aire festivo y como más distendido, a la solemne conmemoración, pero a este 9 d'Octubre, se llega con los ánimos crispados, entre las supuestas insidias de la oposición y la no menos supuesta opacidad del Consell, se llega sin saber cuántas y por dónde andan las tarjetas visa que se gasta la Generalitat, y se llega con las vísperas rebosantes de acusaciones y descalificaciones, por parte de socialistas y populares: de las "prácticas obstruccionistas" que definen a Francisco Camps, "a la carencia de programa de gobierno" que padece Joan Ignaci Pla. Se llega, en fin, con una muy reciente reforma estatutaria pactada entre ambos partidos, pero polémica a la hora de acordar las enmiendas del texto, que entró el primero en el Congreso de los Diputados. El secretario general del PSPV pretende introducir modificaciones que propicien un mayor entendimiento político y social, y su pretensión pone de los nervios a los delegados populares. El manifiesto socialista del 9 d'Octubre, expresa literalmente que tales modificaciones son "importantes ambiciosas y profundas" y, observando la misma literalidad, manifestó, en referencia al actual Consell, que "un modelo de gobierno que favorece como principal valor la cultura del negocio rápido, el victimismo irresponsable, el anticatalanismo y la insensibilidad hacia las desigualdades entre valencianos pone en peligro la convivencia de los ciudadanos". Previamente, el PSPV rechazó la oferta de pacto urbanístico que le hizo el PP. Y el cronista no deja de celebrar ese rechazo, que de no haberse manifestado con claridad y entereza podría implicarlo en las más que dudosas actuaciones de sus adversarios. Debe también el PSPV, consecuente con su decisión, trasladarla a algunos de sus representantes municipales que han secundado iniciativas populares, y sacarlos de su probable obcecación. Vísperas ácidas ciertamente las de esta conmemoración, sin duda, más desvaída que otras, en parte por las mudanzas del almanaque, y en parte por las hostilidades políticas. Pero vísperas en las que ha habido aciertos y júbilos. Acierto jubiloso y justo ha sido el de rotular una plaza en la ciudad de Valencia con el nombre de Lázaro Cárdenas, a propuesta del grupo municipal socialista. Ni España ni la Comunidad Valenciana pueden ni deben olvidar todo cuanto hizo aquel general y presidente mexicano, por la República Española y por los más de 30.000 exiliados españoles y valencianos que encontraron asilo, respeto y trabajo en su país. "La posición de México en tan doloroso conflicto , no se limita a actos de solidaridad ideológica, ni se traduce en ayuda material de carácter bélico, sino que comprende también manifestaciones de indiscutible sentido humanitario". Quinientos niños huérfanos, procedentes en su mayoría de Valencia, navegaron hasta Veracruz. "El Estado toma bajo su cuidado estos niños, rodeándolos de cariño e instrucción, para que mañana sean dignos defensores del ideal de su patria. El presidente, Lázaro Cárdenas". En vísperas del 9 d'Octubre, el Ayuntamiento presidido por Rita Barbera le pone una plaza a Lázaro Cárdenas, presidente de México, juez del tribunal Bertrand Rusell, para examinar los crímenes de guerra de EEUU en Vietnam, y premio Stalin de la Paz. El deshielo, Rita...
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