Sílvia Soler retrata con humor las crisis de una mujer a los 40 en '39+1'

Cuando una mujer cumple 40 años se da cuenta de que el hombre de su vida es ella misma o, por lo menos, eso es lo que afirma el subtítulo de 39 + 1 (Columna), la última novela de la periodista Sílvia Soler. El libro, que publicará la editorial Planeta en castellano el próximo octubre, es un retrato en clave de humor de una generación de mujeres nacidas en la década de 1960 que son, en opinión de la autora, "víctimas de un gran engaño al pensar que podían ser unas superwomen con estudios y una vida profesional exitosa, y además sacar adelante una familia".

La protagonista de la novela es Ília, una barcelonesa de clase media que compagina su trabajo como periodista en el suplemento dominical de un diario con las responsabilidades que se derivan de su papel de madre y esposa. La educación de los hijos, las visitas al pediatra, el sobrepeso, la vida profesional, la relación con la suegra o los primeros achaques son algunos de los temas centrales de la sátira que Soler construye en torno a Ília y las preocupaciones a las que ha de enfrentarse a diario. Como explica la escritora, la protagonista de la novela encarna a una generación de mujeres que se sienten estafadas porque tras incorporarse al mundo laboral comprobaron que nadie las ayudaba a hacerse cargo de las tareas domésticas. Ante esta situación, añade, hay dos posibilidades: "Sentir una gran insatisfacción o no dramatizar y tomarse las cosas con buen humor".

Soler, autora de un libro de relatos y de las novelas El gust de ser mare y Mira'm als ulls, explica que no planteó la novela como un libro de autoayuda, aunque considera que si de su lectura se puede extraer algún consejo, ese es precisamente el de afrontar la realidad con sentido del humor. A su modo de ver, cuando una mujer cumple 40 años entra en una etapa en la que se siente más liberada. "Lo importante es estar con la gente que quieres y no tener que dar explicaciones". Por otro lado, considera que las mujeres de esta generación también "han aprendido que no es necesario que venga un hombre para resolverles la vida".