Hallados los cadáveres de 22 suníes atados y con disparos de bala cerca de la frontera con Irán
"Vota por Irak", repiten una y otra vez los anuncios de televisión. Sin embargo, las idílicas imágenes de estudiantes, mujeres y trabajadores que emiten la cadena pública y varias privadas contrastan con la realidad que ayer volvió a llenarse de muertos. La policía entregó a sus familias los cuerpos de 22 personas hallados el día anterior en una localidad cercana a la frontera de Irán. Además, el Ejército estadounidense anunció haber matado a 29 insurgentes en las operaciones que desde el pasado miércoles lleva a cabo al oeste de Irak.
Los muertos en Badra, que fueron hallados atados y con disparos de bala, eran árabes suníes, según han revelado sus familiares. Líderes de esta comunidad acusan a la milicia Al Báder, vinculada a uno de los principales partidos chiíes en el Gobierno (la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak, ASRII) de asesinatos de suníes en venganza por los atentados de los insurgentes, cuyos suicidas y coches bombas en mercados, comisarías de policía y transportes públicos se ceban sobre todo en los chiíes.
Un portavoz del Pentágono reveló el jueves por la noche que sus fuerzas en Irak habían interceptado una carta del número dos de Al Qaeda que advierte a su líder en Irak, Abu Musab al Zarqaui, de que algunas de sus tácticas, como decapitar rehenes o poner bombas en mezquitas, están alienando a los musulmanes. En lo que parece un intento de contrarrestar el efecto propagandístico de ese anuncio, ayer apareció en Internet una grabación atribuida a Al Zarqaui en la que éste justifica el asesinato de civiles siempre que sean infieles, lo que puede incluir a los chiíes considerados herejes por los suníes más radicales.
Precisamente para prevenir nuevos ataques terroristas en vísperas de la celebración del referéndum constitucional, el Ejército estadounidense ha desplegado a 4.800 de sus soldados y 4.200 iraquíes en varias operaciones a lo largo del valle del Éufrates, donde considera que los insurgentes tienen su feudo.
EE UU anunció en dos comunicados separados la muerte el jueves de seis marines, con lo que se elevan a 1.946 sus soldados que han perdido la vida en Irak desde la invasión del país en marzo de 2003. Cuatro marines murieron "al estallar una bomba artesanal cuando combatían cerca de Al Karmah", en la vecindad de Faluya. Los otros dos fallecieron en circunstancias similares en Al Qaim, cerca de la frontera siria.
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