Gallardón dice que la privatización de la funeraria está sin decidir

Dos centenares de trabajadores de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid iniciaron ayer la primera de las movilizaciones acordadas para protestar contra la privatización total de la compañía, participada en la actualidad por el Ayuntamiento y en un 49% por la sociedad privada Funespaña.

Los empleados de la funeraria se concentraron ante la Casa de la Villa, donde el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón presidía la Junta de Gobierno, al grito de "Gallardón, la muerte no es una inversión". En la rueda de prensa posterior a la Junta, el alcalde aseguró que la decisión de privatizar la funeraria aún no está tomada y recalcó que sólo se ha encargado un estudio de la viabilidad económica de la propuesta.

Según explicó el portavoz del comité de empresa, Rufino Ramos, los trabajadores pretenden repetir la concentración cada jueves y, además, harán similares actos ante los tres tanatorios de la capital cada lunes, martes y miércoles. Además, han convocado una huelga los próximos 24 y 27 de octubre y el 1 de noviembre.

"Los días de huelga no enterraremos", aseguraron los trabajadores. Junto a ellos, varios concejales de la oposición, encabezados por el portavoz adjunto del PSOE, Óscar Iglesias, y la portavoz de IU, Inés Sabanés, apoyaron sus reclamaciones. Iglesias recordó que todavía está en los tribunales la primera parte del proceso de privatización, que fue recurrida ante la vía contencioso-administrativa por el grupo municipal y cuya sentencia está recurrida ante el Tribunal Supremo. "No se puede privatizar totalmente mientras haya procesos abiertos", destacó.

En opinión de Sabanés, la futura privatización es "el mayor escándalo jurídico y político de los últimos tiempos". Y agregó: "Además de hacer caja, el PP pretende difuminar la responsabilidad política de altos cargos que intervinieron en el proceso".

Los empleados de la funeraria hicieron varios intentos de cortar la calle Mayor, ayudados por varios furgones de la empresa, con los que paralizaron el tráfico de la vía, entre pitadas y reparto de panfletos.