"En España no hay una gran orquesta internacional"
La vienesa Helga Schmidt es la intendente y directora artística del Palau de les Arts Reina Sofía, que se inaugura mañana. Fue asistente de Herbert von Karajan y asesora del Covent Garden de Londres antes de recalar en el coliseo valenciano, diseñado por Santiago Calatrava. Asegura haber rechazado varias ofertas, como la del Teatro Real de Madrid, para poner en marcha una de las óperas más grandes del mundo. Insiste en que el contenido tiene que ir parejo al continente y que la futura orquesta del Palau, dirigida por Lorin Maazel, puede ser la embajadora de España en el mundo.
Pregunta. ¿Qué le atrajo del proyecto de Valencia?
Respuesta. Cuando llegué a Valencia en 2000, Calatrava me envió a todo su equipo para ver qué era lo que se iba a poner ahí dentro, porque él trabajaba en abstracto, un abstracto estupendo, sin saber cuál era definitivamente el contenido. Había una sala al aire libre y decidimos cerrarla para todo tipo de espectáculos. También se hizo una cuarta sala para la academia de perfeccionamiento. El foso de la orquesta lo alargamos y ya podemos interpretar Electra y todo el repertorio. Tanto él como el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, me han dado apoyo absoluto. Tenemos un continente majestuoso y el contenido debe estar al mismo nivel.
"Necesitamos la contribución del ministerio. Esperamos una cifra similar a la del Liceo o la del Real"
"La primera temporada vendrán Mehta, Barenboim y López Cobos con Plácido Domingo."
P. ¿No teme que el continente eclipse al contenido?
R. La base de un teatro de ópera es la orquesta. Mi condición sine qua non era formar una orquesta de alta calidad y compartirla con otros teatros internacionales. España tiene una gran cultura de literatura, pintura, música (hay fantásticos compositores contemporáneos), pero no una gran orquesta internacional. Hay muchas orquestas que tocan muy bien, pero no hay una de gran renombre internacional. El Teatro Real tiene al maestro López Cobos, es un director internacional que nosotros queríamos como director musical del Palau. Pero pasaba el tiempo y no abríamos...
P. ¿Por qué un edificio tan costoso, con cuatro salas, en una ciudad que carece de temporada y de tradición operística?
R. Salzburgo empezó siendo un pequeño festival y ahora es uno de los más grandes festivales del mundo. Aquí tenemos una obra maestra con posibilidades estupendas. Hay que convertir el Palau en un punto de referencia internacional. Valencia, con una población de 1.200.000 habitantes [sumando parte de su cinturón], no puede poner el público suficiente para las temporadas estables de ópera, teatro, musicales... Pero veo al público interesado en la ópera. Hay muchos valencianos abonados al Liceo o al Teatro Real. También hay que pensar en el público futuro. Yo empecé a amar la música en Salzburgo cuando tenía seis años. Tuve la oportunidad de asistir a los ensayos de Furtwängler para La flauta mágica. Hay que hacer una gran campaña publicitaria internacional. Con ello, espero que el público internacional y nacional venga a Valencia una semana, por ejemplo. Atractivos hay muchos, como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde está el Palau.
P. La oposición (PSPV-PSOE) habla de despilfarro, de un coste de 265 millones de euros, cuando el original era de 50. ¿Cuál es el coste total del edificio?
R. Este tema no es de mi responsabilidad, afortunadamente.
P. ¿Qué presupuesto necesita una propuesta tan ambiciosa para cubrir la programación?
R. Este año tenemos 12 millones. Para la temporada regular inicial de 2006-2007 aún lo tiene que aprobar el patronato. Evidentemente, necesitamos la contribución del Ministerio de Cultura. Esperamos una cifra similar a la del Liceo [la pasada temporada su presupuesto fue de 55 millones, el 37% aportado por el ministerio] o a la del Teatro Real [44 millones, el 70%]. Tenemos que crear público, ofrecemos el programa educativo y la orquesta que puede llevar la bandera valenciana y española al extranjero. Con la orquesta sin formar aún, sólo con el nombre de Lorin Maazel, nos han invitado para hacer una gira en América. La orquesta puede ser la embajadora de España en el mundo.
P. ¿El cierre del Palau, tras el concierto de Zubin Mehta del próximo 25 de octubre, se aprovechará para ajustar la acústica?
R. Las primeras mediciones indican que está bien. Lorin Maazel me dice que la Fenice de Venecia hizo una cosa similar. Conciertos en diciembre de 2003 y la inauguración fue año después. Entretanto hicieron modificaciones a la acústica. También vamos a cerrar para hacer pruebas técnicas con el equipamiento escénico, muy sofisticado y complejo, que tenemos. Y buscar un centenar de técnicos valencianos. Todo ello hará que esté preparado definitivamente para hacer la primera temporada inaugural en octubre de 2006 con Mehta. También es fundamental contar con patrocinadores. Espero que les atraiga la simbiosis de vanguardia arquitectónica y música de calidad. Hay que coproducir, alquilar y vender producciones.
P. El Palau de les Arts ofrecerá también música sinfónica. ¿No puede dejar sin contenido al vecino Palau de la Música, sede de la Orquesta de Valencia?
R. En una ciudad como Viena, poco más grande que Valencia, hay tres orquestas. El Palau de la Música tiene su temporada de abono. Hace un trabajo estupendo invitando a las mejores orquestas del mundo. Nosotros no vamos a hacer eso; no haremos el mismo repertorio. Pero sí vamos a salir del foso, a dar conciertos sinfónicos, evidentemente. Una orquesta de gran calidad necesita conciertos y música de cámara para mantener y mejorar su nivel. Además, tendremos a Maazel y Mehta tres meses cada uno en Valencia y, evidentemente, haremos conciertos con ellos.
P. ¿Es partidaria de actualizar escénicamente las óperas?
R. Estoy convencida de que la música es la prioridad absoluta en la ópera y en el Palau de les Arts. La vanguardia es importante, pero hay que estar muy atentos y no romper la tradición musical. He visto una estupenda producción de La Fura dels Baus sobre una ópera de Berlioz, que profundiza en la idea. Pero si sólo se quiere provocar un escándalo..., es algo inútil, superficial, déjà vu. Lo considero innecesario. Nosotros hacemos una tetralogía con Mehta y La Fura dels Baus para el Festival del Mediterráneo. Vamos a utilizar efectos ópticos, técnicas modernas, de vanguardia, pero nunca contra la música.
P. ¿Puede adelantar algo más para la temporada 2006-2007?
R. Tengo un programa de ópera popular, otro de ópera más sofisticada y, raramente, de muy sofisticada. Me gusta mucho la música del siglo XX, pero también Mozart, Puccini o la música barroca. Me atrae la idea de ciclos temáticos. Poner a un compositor de una época, un país, e informar dos o tres semanas sobre el periodo histórico a través de la música, de lecturas, de exposiciones. En el Palau esto se puede hacer. La primera temporada vendrán Mehta, Barenboim y López Cobos con Plácido Domingo, que harán un espectáculo español. Se celebrará el concurso Operalia. Habrá repertorio valenciano con Martín y Soler, además de La Bohème, de Puccini, y un Don Giovanni que dirigirá Maazel. E insisto: se pondrá en marcha la academia, que formará a artistas y técnicos para crear una infraestructura valenciana.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.