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Entrevista:MOHAMED YACUBI | Gobernador marroquí de Midiq | LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

"El aumento de la presión policial indujo a los subsaharianos a una acción desesperada"

"No tenemos nada que esconder", repite una y otra vez Mohamed Yacubi, gobernador de la comarca de Midiq, que incluye a la frontera con Ceuta. Yacubi, que ostenta un cargo equiparable al de subdelegado del Gobierno en España, recibió a este periódico acompañado por los jefes de la Gendarmería, de la Policía y de las Fuerzas Auxiliares, así como por el delegado del Ministerio de Sanidad en su área. Es la primera vez que una autoridad marroquí da una versión detallada de lo sucedido en la verja de la ciudad autónoma.

Yacubi llegó hace tres meses a Midiq, a 20 kilómetros de Ceuta, una comarca administrativa desgajada en junio de Tetuán, para "intentar potenciar el desarrollo de esta zona" y no para hacer frente a los problemas específicos que plantea la vecindad con España, explica, aunque ahora le absorban buena parte de su tiempo. "Nos distraen de otras tareas importantes", señala.

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¿Por qué se produjo el asalto de subsaharianos a Ceuta hace una semana? "Hay múltiples razones", contesta el gobernador. "Acaso la fundamental sea el incremento de la frecuencia de las redadas efectuadas por las fuerzas de seguridad marroquíes", recalca. "El aumento de la presión les indujo a lanzarse a la desesperada".

"Pero también cuentan", prosigue Yacubi, "la llegada del invierno, que empeorará sus condiciones de vida en el bosque, el paulatino cierre de la vía marítima para acceder a España, las noticias sobre la elevación de la verja, el fracaso de los intentos individuales de saltarla -en los últimos doce meses hemos detenido a 1.507 inmigrantes que lo intentaron- y el éxito parcial que tuvieron los subsaharianos en Melilla".

"Por todo esto, a la 1.30 del 29 de septiembre unos 350 clandestinos, provistos con escaleras de madera y de plástico, se dirigieron hacia determinados puntos de la verja", relata el gobernador. "Las Fuerzas Auxiliares dispararon al aire para disuadirles pero hicieron caso omiso de la advertencia. Hubo entonces un gran barullo".

¿No es posible que, en medio de aquel caos nocturno, con tantos empujones, varios disparos fuesen horizontales y matasen a asaltantes? "Del lado marroquí hubo sólo dos muertos", recalca el gobernador. "Aquí no se esconden los cadáveres. Pero no entremos en polémicas porque hay una investigación en marcha, por ambos lados, y esperaremos a su resultado. Tenemos plena confianza".

El coronel Murshid, que manda las Fuerzas Auxiliares, no se aguanta. "Poseemos un arma de guerra, que mata a 500 metros", irrumpe en la conversación sin precisar el modelo. "Si hubiésemos disparado a 20 ó 30 metros hubiésemos hecho pedazos a los asaltantes y no tendrían meras perforaciones de bala". El jefe superior de policía, el comisario Maad, también interviene: "Disparar es arriesgarse a dar a un guardia civil, un riesgo que no podemos correr".

Antes de que se produjese, el jueves pasado, la avalancha humana, las Fuerzas Auxiliares y la Gendarmería disponían "de unos 500 hombres desplegados en el área", indica Yacubi. "Ahora, con los refuerzos, son algo más de mil".

Para evitar que, como sucedió en Melilla el lunes de madrugada, se repitan los asaltos, "hemos efectuado más redadas, no sólo en las inmediaciones, sino en zonas más alejadas". El día de la gran acometida las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron "a 377 subsaharianos y, desde entonces, a otro centenar". En la madrugada del jueves "recogimos a 18 heridos y otros 132 en buen estado del lado español", entre la primera y la segunda verja, revela Yacubi para ilustrar la "buena cooperación" entre vecinos.

¿Está en condiciones de garantizar que no habrá más avalanchas humanas? "Creo que no las habrá", responde Yacubi con cautela. "Ya no pueden contar con el efecto sorpresa", añade. "La zona ha sido despejada estos días pero el flujo de llegada es incesante". "Sacamos el máximo partido a los medios de los que disponemos".

Agentes marroquíes requisan en los bosques de Bel Younech una escalera para saltar la valla de Ceuta.
Agentes marroquíes requisan en los bosques de Bel Younech una escalera para saltar la valla de Ceuta.

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