Una mujer de 19 años fallece a manos de su compañero en su casa de Las Palmas
Detenido el ex marido de la librera degollada el sábado en su establecimiento de Lleida
Cinthya Dueñas, de 19 años, murió ayer en su domicilio de Las Palmas de Gran Canaria estrangulada por su compañero sentimental, de 22 años. Según aseguraron ayer familiares y amigos de la víctima, ésta había denunciado al presunto asesino la semana pasada por malos tratos. Por otra parte, ayer fue detenido el ex marido de María Antonia Gavín, la mujer que el sábado apareció muerta a causa de varias puñaladas en una librería de Lleida. Con estas dos mujeres, el número de víctimas de la violencia doméstica en lo que va de año asciende a 47.
El cadáver de la mujer asesinada en Canarias fue descubierto por su madre al entrar por la mañana en su dormitorio. Allí sorprendió también al presunto agresor, que huyó del lugar corriendo. Según fuentes policiales, anoche todavía no había sido localizado. Según los vecinos, el maltrato del presunto agresor, de nacionalidad boliviana, a la víctima, también nacida en Bolivia, era frecuente. Tras ser objeto de nuevas amenazas y malos tratos, la joven denunció a su novio la pasada semana.
Una de las vecinas de la víctima, María Angeles Ruiz, inquilina de un piso situado encima del de la joven, contó cómo hacia las siete y media de la mañana escuchó gritos de la madre de Cinthya Dueñas mientras repetía una y otra vez: "¡Mi hija, mi hija!". Tras acudir en su ayuda acompañada por otro vecino alarmado también por los gritos, la mujer observó que la víctima yacía muerta en su habitación, tirada en el suelo en ropa interior y cubierta con su colchón, que se presume cogió su agresor de la cama para ocultarla.Tenía hematomas en los brazos que parecían indicar que se resistió a su agresor.
Algunos vecinos han indicado que anoche la vieron volver sola a casa tras finalizar su jornada de trabajo como camarera en un bar. Por ello aventuran que el presunto agresor pudo colarse en la casa de madrugada usando una llave que semanas atrás había arrebatado a su novia a la fuerza.
Por otra parte, la policía autonómica catalana detuvo ayer al ex marido de María Antonia Gavín, la librera asesinada el sábado en relación con el crimen. La mujer, de 48 años, copropietaria de la librería Proa de Lleida, fue encontrada degollada tras el mostrador del establecimiento donde trabajaba por un matrimonio y su hijo. El matrimonio explicó que al entrar en la librería para comprar un libro a su hijo les extrañó de que no hubiera nadie en el interior, por lo que llamaron a voces a la dependienta, sin obtener respuesta; al mirar detrás del mostrador, encontraron el cadáver de la mujer en medio de un charco de sangre y con claros signos de violencia.
El detenido, Pantaleón M. M., de 51 años, que se había separado recientemente de la víctima, fue arrestado a primera hora de la tarde después de que la policía registrase su domicilio, situado a poca distancia del lugar del crimen. El sospechoso, que se encuentra en dependencias policiales a la espera de pasar hoy o mañana a disposición del juez, ha negado en todo momento cualquier relación con el crimen.
Sin embargo, los Mossos creen disponer ya de suficientes indicios para incriminarle en la muerte de su ex esposa. Desde un primer momento se trabajó con la hipótesis de un móvil pasional, ya que varios familiares y vecinos explicaron que, tras un proceso de separación traumático, las relaciones entre ambos se habían deteriorada mucho en las últimas semanas. La mujer había confesado a sus familiares y amigos que su ex marido le estaba haciendo la vida imposible, aunque nunca llegó a sospechar que su comportamiento le fuese a costar la vida.
Lo que más sorprendió a los agentes de la policía autonómica que acudieron a la librería tras recibir el aviso del matrimonio que descubrió el cadáver de la librera, fue encontrar al ex marido en las puertas del establecimiento. Un familiar les hizo notar su presencia e incluso se le vio consolar a su hija mayor, de unos 20 años, que el sábado no estaba trabajando en el local porque su madre le había dado fiesta.
Pantaleón M.M. estaba allí como uno más de los muchos curiosos que acudieron ante el la tienda para enterarse de lo sucedido y presenció la retirada del cadáver sin inmutarse. Algunos vecinos explicaron que le vieron muy tranquilo y como si él no tuviera nada que ver con el crimen. "Estaba como sedado", comentó uno de ellos.
Los Mossos trasladaron al principal sospechoso a la comisaría con el fin de tomarle declaración como testigo. Pantaleón M.M. mostró mucha frialdad ante las preguntas de los investigadores y explicó que se acercó a la librería porque vio ambulancias y coches de policía. Sin embargo, además de incurrir en contradicciones, en su ropa había restos de sangre y presentaba un pequeño corte en un dedo de la mano.
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