'Show' brasileño

Brasileños en estado puro, Ronaldo y Roberto Carlos se dieron ayer un atracón particular frente al débil Mallorca, simple espectador privilegiado de un gran espectáculo. Una fiesta a la que se sumó a última hora Baptista, una pasarela que durante más de una hora siguió desde el banquillo el brasileño que cierra el gran sanedrín blanco: Robinho. Dentro y fuera del campo, el poder brasileño del Madrid, con su técnico, Vanderlei Luxemburgo, como gran jerarca, cada vez es más acentuado. Los jugadores se sienten más apadrinados que nunca y el técnico se siente a gusto a hombros de sus compatriotas, todos ellos grandes estrellas y sustento capital en el actual modelo de la entidad. Tanto en su vertiente deportiva como en la financiera y en la social.

Los compatriotas de Luxemburgo volvieron a montar su guateque particular tras sus gestas

Quizá por ello los brasileños, siempre animosos, han decido hacer un guateque particular cuando alguno protagoniza un partido. Cada hazaña la patentan con una coreografía de la que sus compañeros se sienten meros teloneros, ajenos a las veleidades de las cucarachas o las urracas. Ayer todo empezó con Ronaldo, que, puntual como siempre con el gol, abrió la lata con un zurdazo estruendoso desde fuera del área que levantó el flequillo de Prats. Poco después llegó el éxtasis total: una volea de Roberto Carlos para enmarcar en cualquier museo futbolístico. Un estacazo pleno de plasticidad y contundencia, un martillazo desde fuera del área a la pelota, que llegaba en pleno vuelo desde el córner lanzado por Beckham. Una obra de arte cuyo autor -el mejor lateral ofensivo en la historia de la Liga- ya es un clásico en el capítulo de los grandes goles del fútbol español. Los años le han frenado, pero su cañón en la izquierda se mantiene sin un rasguño. Como demostró en el tercer gol, otro zapatazo, esta vez en el lanzamiento de una falta, al que contribuyó la barrera del Mallorca, un queso gruyere. Para sellar el triunfo apareció Baptista, que se descolgó por el área del equipo balear como lo único que es: un rodillo cuando se aproxima a la portería contraria. En definitiva, balsámica y atronadora victoria para el Madrid, que parece haber encontrado la vía adecuada para sumar puntos y despejar las dudas iniciales. Una senda a la que han contribuido de forma extraordinaria no sólo los brasileños, sino también algunos otros, caso de Beckham, al que Luxemburgo ha tardado un siglo en rescatar. Enfilado a la derecha, el inglés vive, sin duda, sus mejores momentos desde que reside en Chamartín.

Al margen del nuevo show brasileño del Bernabéu y el patinazo de un desorientado Barça, la jornada se cerró con el Getafe como líder tras el empate del Celta en Cádiz. Una gesta descomunal para un equipo, el getafense, que vive bajo el inmenso yugo mediático que supone compartir geografía con el Madrid y su galaxia brasileña.