John Brabourne, productor cinematográfico
El productor Lord John Brabourne murió el pasado 22 de septiembre a la edad de 81 años; buena parte del cine británico de los años sesenta y setenta gira en torno a su nombre y de sus manos nacieron películas tan diversas como el Otelo dirigido por Stuart Burge, la versión de Romeo y Julieta a cargo de Franco Zeffirelli y diversas adaptaciones de novelas de Agatha Christie.
Nació con el nombre de John Ulick Knatchbull el 9 de noviembre de 1924 en Bombay, un año después de que su padre, el quinto Lord Brabourne, fuese designado Gobernador de la ciudad. Su vida personal estaría marcada por el abolengo de su familia, hasta el punto de que llegaría a ser yerno del último virrey de India. Sin embargo, la tragedia también se hizo presente en su existencia en el año 1979, cuando en la costa occidental de Irlanda, una bomba del IRA mató a su suegro, su madre y uno de sus hijos, además de herir gravemente a otro de ellos y al propio Lord Brabourne.
El joven Lord recibió una educación mixta, india e inglesa, en India hasta ser enviado a Inglaterra para estudiar en Eton y Oxford. Con sólo 22 años se casó con Patricia Mountbatten, en una ceremonia celebrada en la Abadía de Romsey, a la que asistieron la Reina Isabel, el rey Jorge VI, y las princesas Isabel y Margarita como damas de honor, en un enlace que contó con la asistencia de los 600 empleados que trabajaban para la familia Mountbatten.
1958 queda como el año en que Brabourne debutó como productor cinematográfico, con el melodrama aventurero Harry Black y el tigre, dirigida por Hugo Fregonese. A esta película siguió la notable ¡Hundid el Bismarck!, drama bélico de Lewis Gilbert con Kenneth More como cabeza de cartel; en aquel momento, Lord Brabourne era jefe de Personal de Defensa del Gobierno Británico, cuyo Almirantazgo cooperó en la filmación de la película.
Tras producir en 1968 la más que interesante versión de Romeo y Julieta que dirigió el italiano Franco Zeffirelli, Lord Brabourne compaginaba sin cesar cargos gubernamentales con una constante actividad cinematográfica, e incluso también televisiva, llegando a ser nombrado director de la Thames Televisión entre los años 1975 y 1993. En los años setenta y parte de los ochenta, dedica sus esfuerzos a producir una amplia lista de títulos basados en novelas de Agatha Christie; grandes producciones que basaban su efectividad en la intensidad policiaca del texto original y en ofrecer amplios repartos plagados de estrellas y rostros populares. Muerte en el Nilo, Muerte bajo el sol y El espejo roto alcanzaron una notoria popularidad entre los aficionados, aunque quizá sea Asesinato en el Orient Express la obra más redonda, un firme thriller en el que el gran Albert Finney recreaba la figura del detective Hercules Poirot, y donde convivía un monumental reparto internacional que combinaba los rostros de intérpretes tan dispares como Lauren Bacall, Sean Connery, Jacqueline Bissett, Jean-Pierre Cassel y Vanessa Redgrave. Fue candidata a varios Oscar de Hollywood y supuso para Ingrid Bergman su tercera estatuilla, en esta ocasión en la categoría de actriz de reparto.
En 1984 producía su penúltima película, la esplendorosa Pasaje a la India, dirigida por el maestro David Lean, un proyecto que Brabourne perseguía desde 1957, año en que se asomó a la novela original de E. M. Foster. Él mismo la calificaba como "la película que siempre quise hacer".
Cabe recordar que, tras la muerte de Foster en 1970, la propiedad de los derechos de sus obras quedó en manos del King's College de Cambridge; Brabourne escribió, durante 12 años, una carta anual a su director hasta obtener el permiso para llevarla a la pantalla. Pasaje a la India ganó dos Oscar de Hollywood y proporcionó una candidatura a Lord Brabourne.
Queda como su última película una adaptación, en 1988, del clásico La pequeña Dorrit.-
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