Corrección en el vestido
En su artículo del 23 de septiembre, el señor Benítez Reyes intenta ridiculizar el ruego que un hospital ha hecho a los ciudadanos por el cual les "ruega corrección en el vestido". Este artículo tendría sentido si los servicios de urgencias fueran usados adecuadamente, es decir, que se acudiera por auténticos motivos de urgencias y emergencias, pero del 85% al 90% de los usuarios atendidos en un servicio de urgencias no presentan patología que pueda calificarse en esos términos, contribuyendo únicamente a su saturación.
Los trabajadores de los servicios de urgencias conocemos numerosas situaciones en que usuarios de dichos servicios acuden por motivos banales, después de pasar un día en el campo, la playa o la piscina, con la indumentaria con la que se han estado bañando o haciendo la barbacoa y a los que les supone demasiada molestia cubrirse con algo más de ropa o cuidar un poco más su higiene antes de acudir a un servicio de urgencias; esto por hablar únicamente de los casos más frecuentes en la época del año en que estamos.
Considero que esta falta de corrección en el vestir, cuyos parámetros son muy elásticos en los tiempos actuales, afortunadamente, y tan frecuente en usuarios de los servicios de urgencias implica más una falta de respeto hacia el resto de los ciudadanos allí presentes que hacia los profesionales, acostumbrados a vivir todo tipo de incorrecciones a diario en nuestro trabajo.
Puede estar tranquilo el señor Benítez Reyes pues ningún enfermero, ni ningún trabajador de un servicio de urgencias "puede decirte" que vayas a cambiarte de ropa por ser inadecuada; ni siquiera por una higiene corporal deficiente va pedir que se salga, ni tan siquiera por soportar insultos o amenazas y, a veces, ni tan siquiera por agresiones, algo que dudo mucho ocurra en cualquiera de los sitios en que el señor Benítez Reyes va a dar conferencias o hacer presentaciones.
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