La Junta defiende la actuación del Infoca en el incendio de Granada

La Plataforma para la Defensa de los Bosques cree que los retenes del Infoca actuaron con excesiva cautela durante el incendio de la pasada semana en Sierra Nevada. El delegado de Medio Ambiente en Granada, Gerardo Sánchez, por el contrario, fue ayer tajante en la defensa de la actuación en este siniestro y aseguró que "el Infoca no busca ni quiere héroes, sino profesionales".

El 80% de la superficie afectada por el incendio de la semana pasada en la vertiente sur de Sierra Nevada se quemó de noche, en las primeras horas.

Vecinos de los pueblos afectados y la Plataforma para la Defensa de los Montes cuestionan por qué los retenes no actuaron con más intensidad durante la noche, por qué no protegieron algunos cortijos, por qué el fuego atravesó el río Lanjarón y por qué no contaron con la ayuda de voluntarios.

Gerardo Sánchez dejó claro que la prioridad es el monte y la seguridad de las personas. Negó categóricamente la conveniencia de la participación de los vecinos de los pueblos afectados. "No son profesionales y no podemos garantizar su seguridad", declaró.

Manuel Izquierdo, portavoz de la Plataforma para la Defensa de los Bosques, surgida tras el incendio de hace 13 años en las sierras de Beas, Quéntar y La Peza, cree que hubo descoordinación en el dispositivo y aseguró que se actuó bajo la influencia de lo ocurrido a comienzos de verano en Guadalajara, donde 11 bomberos murieron durante un incendio forestal.

Según Izquierdo, hubo una supuesta pasividad de los retenes y una masiva afluencia de medios aéreos (llegaron a actuar más de 35 helicópteros, aviones e hidroaviones).

El delegado de Medio Ambiente dijo que, durante la primera noche, cuando el fuego avanzó hacia el oeste y arrasó el 80% de la superficie finalmente afectada, no fue posible hacer "nada más". "Se evitó el riesgo innecesario, porque la zona era muy escarpada. No todos los miembros de los retenes conocen la zona, otros sí... y era una locura entrar en el fuego en plena noche. Así se hizo y así se hace siempre. La primera lección que reciben estos profesionales es que lo más importante que tienen que defender es su propia vida. Nadie puede pedir que corramos riesgos innecesarios y se actuó con prudencia y según aconsejaba el sentido común", explicó el delegado.

Ladera

El fuego se inició en la ladera derecha del barranco de Lanjarón, en un paraje que se domina a simple vista desde el Centro de Defensa Forestal de Órgiva. Eso permitió una rápida movilización de los retenes. "Con ayuda de vecinos se localizaron los mejores accesos y dos horas después de iniciado el fuego ya estaban trabajando en la zona 150 personas", explica Gerardo Sánchez.

Manuel Izquierdo afirma que esa noche, en la madrugada del viernes, día 23, algunas personas accedieron hasta sus cortijos e hicieron pequeños cortafuegos. El delegado considera que "echarse al monte sin más es un riesgo grave e innecesario".

El propietario del cortijo Farraguieses lamentaba su suerte, el viernes en el barranco de Lanjarón, a 1.800 metros de altitud. Desde donde estaba, intuía cómo su finca estaba ardiendo, cerca del paraje de Tello, donde se originó el siniestro la tarde de antes. Es un hombre de unos 60 años que llorando decía: "Podrían haber frenado el fuego aquí; esta mañana lo tenían apagado y mira...".

Los retenes no pudieron actuar. Había demasiado humo y el barranco se convirtió en un horno. Las llamas cruzaron el río y se dirigieron hacia la Alpujarra. Cuando el incendio se reavivó, el barranco se convirtió en un lugar inaccesible. De hecho, los cuatro helicópteros y dos hidroaviones que actuaban sobre la zona tenían, incluso, dificultades para sobrevolar el terreno, muy escarpado y de difícil acceso.

Según la Plataforma para la Defensa de los Montes, el Infoca "abandonó el lugar y permitió que el fuego se extendiera".