Pastor sin fronteras
El reverendo Harold Good sobrepasó las fronteras entre católicos y protestantes en el mapa irlandés. Además de presidir con dinamismo la Iglesia Metodista de Irlanda, el líder religioso se ha convertido en un activista de los derechos humanos y voz autorizada entre los irlandeses.
Este hombre, de 68 años y poco afán protagonista, según líderes religiosos, tiene ahora currículum como defensor de los derechos humanos. A sus 35 años dirigía ya un centro por la reconciliación en el conflicto irlandés; en 1999 fue elegido miembro de la Comisión de los Derechos del Hombre de Irlanda del Norte y ayer saltó a la prensa como uno de los observadores independientes del desmantelamiento del armamento del IRA. Sin cesar sus predicaciones a la comunidad metodista mundial, Good se ha terminado de comprometer: "Sin lugar a dudas, las armas del IRA están inutilizadas", dijo ayer.
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