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Reportaje:LA SANIDAD EN LA REGIÓN

Mamografías con 500 días de demora

Aguirre se enfrenta al reto de rebajar a 40 días la espera máxima para esta prueba diagnóstica

Oriol Güell

Palparse un pecho y tocar un pequeño bulto. "No puedes evitarlo. Piensas lo peor y te asustas", explica Mariví Platas, de 45 años. Así empieza para miles de mujeres de la región una nueva relación, "angustiante y difícil", con la sanidad pública madrileña.

La mujer, ahora paciente, acude a su médico buscando respuestas rápidas y alentadoras, pero lo que se encuentra en un camino plagado de recovecos, esperas desesperantes y las "sensación de que la única solución es irte al sector privado, utilizar algún enchufe o, si no quieres o puedes hacerlo, resignarte y rezar para que no pase nada malo hasta que te toque el turno", cuenta Carmen Martín, de 43 años.

La presidenta regional, Esperanza Aguirre, ha prometido que ninguna mujer esperará más de 40 días para realizarse una mamografía a partir de enero de 2006. Hoy, sin embargo, las esperas que soportan las madrileñas para hacerse una mamografía son, en resumen, muy largas y dispares según donde vivan.

Resulta difícil decirlo de otra manera cuando la propia Consejería de Sanidad sostiene que ni ella dispone de "un sistema fiable para conocer las demoras para la realización de una mamografía". "Un cálculo aproximado de la espera media es de 80 días para una mamografía. Pero éste es un cálculo aproximado", insiste una portavoz de Sanidad.

El Gobierno regional maneja dos sistemas informáticos para conocer la espera para consultas con médicos especialistas y pruebas diagnósticas. Uno, llamado Sistema de Información de Atención Especializada (SIAE), resume la actividad que cada mes realizan los hospitales. El otro, titulado Lista de Espera de Consultas Externas y Pruebas Técnicas y Diagnósticas (Lecyt), señala cuántos días ha tenido que esperar un paciente para ir a su médico o hacerse una prueba diagnóstica.

Los últimos datos de ambos sistemas, correspondientes al mes de mayo y a los que ha tenido acceso EL PAÍS, ilustran un panorama de largas esperas, sobre todo en los grandes hospitales, donde decenas de pacientes tuvieron que esperar más de un año -hasta 526 días en un caso- para su mamografía.

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Es cierto que estos datos se refieren a esperas máximas y que éstas no son la norma. Lo habitual, la situación que sufren miles de mujeres que esperan conocer en qué estado están sus mamas, son esperas de tres a diez meses.

El SIAE revela otro dato: a finales de mayo había 33.662 mujeres pendientes de ser sometidas a esta prueba.

"Lo grave de este caso es que mayoritariamente son mamografías diagnósticas o de seguimiento", explica el diputado socialista Lucas Fernández. "No se trata de las mamografías incluidas en programas de prevención, que se realizan a mujeres sanas. Estas esperas se ceban en mujeres que necesitan una mamografía porque tienen un nódulo u otras dolencias en el pecho, es decir, en aquellas pacientes de riesgo que deberían ser sometidas a la prueba cuanto antes", añade Lucas Fernández.

La Consejería de Sanidad no ofrece muchos datos sobre la situación de las mamografías en la región. Sólo los 80 días de "cálculo aproximado" sobre la demora media, las 180.000 mamografías que prevé realizar en 2005 en los 35 mamógrafos de la sanidad pública y las 10.000 que realizarán las clínicas privadas concertadas.

A éstas hay que sumar otras 100.000, aproximadamente, que Sanidad realiza dentro del programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama (Deprecam) en mujeres sanas. El objetivo de estas últimas, realizadas en los centros de especialidades y autobuses equipados con mamógrafos que recorren la región, es detectar el cáncer es sus primeras fases.

Ausencia

Aguirre ha prometido reducir la espera máxima a 40 días, pero ¿cómo lo hará si Sanidad no dispone de "datos fiables" sobre las esperas en sus propios hospitales? Un portavoz explica que "la ausencia de un sistema informatizado no será un obstáculo". "Cada hospital conoce bien su situación y cómo reducir la espera a 40 días", añade.

Sanidad tampoco informa de las medidas que adoptará y el destino que dará a los 15 millones de euros que se gastará en la mejora de las pruebas diagnósticas. Sí ha dicho que se contará con las clínicas privadas concertadas, pero no en qué medida. "Todo esto está en fase de estudio y diseño. Será puesto en marcha para cumplir el objetivo de Aguirre de reducir la espera máxima a 40 días", concluye la Consejería de Sanidad.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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