España exige a la presidencia británica un esfuerzo en las cuentas de la UE
Madrid intenta cerrar un acuerdo antes de fin de año y evitar ser contribuyente neto en 2013
La necesidad de que las cuentas de la Unión Europea, las llamadas Perspectivas Financieras 2007-2013, se aprueben durante este semestre se está convirtiendo en una prioridad acuciante para España. La reciente revisión al alza del crecimiento español, frente al estancamiento de los grandes países europeos, inquietan a las autoridades españolas, que temen perder cuantiosas ayudas. Varias regiones españolas pueden perder parte de los fondos europeos. El pasado viernes, una delegación española se trasladó a Londres para exigir a la presidencia británica de la UE un esfuerzo en las cuentas comunitarias.
España es el último país, a petición propia, en participar en esta ronda de reuniones bilaterales en las que los negociadores británicos se "limitan a escuchar, tomar nota, pero sin soltar prenda", según han indicado otras delegaciones que ya han matenido reuniones bilaterales. Los representantes españoles acuden a la negociación con un telón de fondo muy distinto al panorama actual. Cualquier comparación con el pasado resultará difícil de encajar y fácilmente manipulable.
Durante el periodo vigente (2000-2006) el saldo a favor de España con la UE se cifra en un total de 48.000 millones de euros. En las perspectivas que se negocian ahora (2007-2013), la última propuesta planteada el pasado junio por la presidencia de Luxemburgo significaba un saldo favorable a España por todo el periodo de unos 4.800 millones, en el mejor de los casos.
Dos mensajes
Los representantes españoles acuden con dos mensajes muy claros. En primer lugar, consideran que la última propuesta luxemburguesa "es una propuesta de mínimos" y, por lo tanto, quieren aumentar los recursos. Su segundo objetivo es asegurar que España no sea contribuyente neto a lo largo de todo el nuevo periodo. En los últimos escenarios barajados, pasaba a ser contribuyente neto en 2013.
La mejora relativa de su riqueza afecta especialmente a las comunidades de Castilla y León, Valencia y Canarias, que podrían dejar de percibir ciertos fondos comunitarios porque su renta per cápita superará el 75% de la media. Otros territorios como Asturias, Murcia, Ceuta y Melilla también pueden quedarse sin ayudas no tanto por su nivel de renta, sino debido al efecto estadístico, producido por la incorporación de 10 países menos desarrollados, y que ha elevado su posición sobre la media.
España, que, junto al Reino Unido, Holanda, Suecia y Finlandia, se opuso a la última propuesta presupuestaria del anterior presidente, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, insiste en mejorar su posición. Fuentes españolas han precisado, sin embargo: "La negativa de junio no fue oposición de principios, sino que estábamos con animus negociandi", a la espera de mejor propuesta.
En el fracaso de las negociaciones del pasado junio tuvo una participación significativa el primer ministro británico, Tony Blair, que llegó a rechazar un aumento del cheque británico (compensación anual de unos 5.000 millones por recibir menos fondos) cuya reducción fue pedida precisamente por la mayoría de países. Ésta fue una de las causas del fracaso de la cumbre. El otro foco de desacuerdos fue la Política Agrícola Común (PAC), que Blair quiere ver más capitidisminuida para dedicar más recursos a investigación y desarrollo.
La mayoría de países, Francia y España especialmente, exigen el cumplimiento del acuerdo sobre la PAC de 2002 que ya significó un importante recorte. Probablemente el premier británico confiaba en una victoria de Angela Merkel en Alemania para replantear la cofinanciación de los recursos agrícolas.
Replanteamiento
Con este escenario, la presidencia británica inició su mandato con la voluntad de replantear a fondo toda la estructura del presupuesto comunitario. Y con ese objetivo anunció que no presentaría su propuesta hasta noviembre. Sin embargo, la incertidumbre del desenlace de Alemania y sobre todo las presiones de los países de la ampliación, especialmente Polonia, que resultan los más perjudicados por la falta de presupuestos, harán muy difícil que el asunto no se aborde en la cumbre de finales de octubre. La presidencia británica no ha dado a conocer todavía ningún documento a los demás países sobre el contenido de la cumbre.
En cualquier caso, el margen de negociación es muy estrecho. Los puntos están identificados: Rebaja del cheque británico, cofinanciación de la PAC con participación de los Estados, traslado de subvenciones agrícolas como las del azúcar fuera de la PAC o creación de un fondo dedicado a investigación y desarrollo.
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