Seis manos inspiradas
La cooperativa gaditana profundiza en los poderes cosméticos del aceite
Elaborar un gel es como preparar un guiso. Al menos, así lo entienden las tres responsables de la cooperativa gaditana Esenciaoliva (teléfono 956 130 11. www.esenciaoliva.net). Los pasos se deben seguir con cuidado, la mezcla de ingredientes ha de conjurar propiedades regeneradoras y la presentación también se mima para que sus efectos salten a primera vista. Pero las tres socias no preparan ni platos ni postres sino jabones, cremas y colonias. Productos dispares pero con un mismo elemento en común: el aceite de oliva.
Eugenia García, Isabel Pinel y Ana Castro se conocieron durante unos cursos formativos impartidos en 2001 en su pueblo, Olvera, al norte de la provincia de Cádiz. Allí conocieron los poderes del aceite virgen extra para el cuidado de la piel. Tenían nociones básicas, ésas que se aprenden a través de las generaciones. "El aceite se ha usado siempre. Yo recuerdo que para mi abuela fue su método habitual de hidratación de la piel. Mi madre también lo usaba para las quemaduras", recuerda Eugenia. Reconoce, no obstante, que las cien horas de seminarios y clases, a las que se añadió un curso posterior de ampliación de conocimientos, les abrió la ventana a un mundo, el de la cosmética natural, fascinante. "Fue algo asombroso. Nos enamoramos enseguida". Y ese amor lo convirtieron en negocio.
Las tres siguieron la estela de muchos vecinos emprendedores y decidieron montar una cooperativa basándose en los conocimientos adquiridos. Hasta ese momento, Ana y Eugenia habían trabajado de costureras e Isabel cuidaba niños. En una antigua cochera, montaron su propia oficina de fabricación y venta. Su particular cocina de jabón, champú, gel y perfume. "Al principio teníamos cuatro productos básicos. Usábamos el aceite de oliva como base y lo mezclábamos con las esencias que entonces teníamos", detalla Eugenia, quien confiesa que los principios fueron muy duros. "Nos pasamos un año sin cobrar nada. Todo lo que ganábamos lo utilizábamos para reinvertirlo". Las tres trabajaban a media jornada en otras cosas. Y cuando llegaban a su local, mientras unas fabricaban, la otra cogía el coche y se recorría los pueblos de alrededor para promocionar su lista de artículos.
En ese recorrido hasta la estabilidad, le han ayudado mucho los premios conseguidos. Casi uno por año. A la mejor idea promovida por mujeres. A la mejor iniciativa empresarial femenina. A la mejor empresaria. Galardones para darse a conocer, consolidarse y ampliar sus recetas. Así hasta conseguir tener más de 100 referencias en sus estanterías. Al jabón, champú, gel y colonia, se le ha sumado toda una variedad de productos. Hay leches corporales, ambientadores, velas de miel, esencias de quemar, vaselina labial, desodorantes, cremas de mano y perfumes.
En todos sus artículos, la base fundamental es el aceite de oliva que les da nombre e identidad. El virgen extra de la sierra de Cádiz. Gracias a sus cursos de formación y a los datos ampliados con bibliografía de consulta propia, las tres socias de la cooperativa han conocido que este aceite, además de hidratante, también tiene propiedades nutritivas, antiarrugas, antisépticas y cicatrizantes. De la misma forma, han ido descubriendo las claves de cada materia prima. La suavizante almendra, el antioxidante germen de trigo, la revitalizante manzana, la analgésica hierbabuena o la afrodisíaca mora.
En sus primeros cuatro años de vida, la cooperativa se ha hecho con una lista de clientes fieles, fundamentalmente del entorno de la sierra de Cádiz, y también de otras comarcas gaditanas y de las provincias de Málaga y Sevilla. Se han colocado en hoteles, herboristerías, farmacias, perfumerías y venden también en oficinas de turismo. Ya han recibido las primeras peticiones para exportar. "Nuestros productos son tanto para mujer como para hombre. Y quien nos prueba suele repetir siempre". Lo atribuyen al estrés de la vida diaria actual. "Nuestra piel está expuesta a muchos daños y lo que necesita es algo natural frente a toda esa gama de artículos muy agresivos que hay en el mercado".
En su pequeño local de Olvera, todo es artesanal. Los aceites son siempre vegetales. Priman las esencias naturales. Las de flores y frutas. Son Eugenia, Ana e Isabel las que mezclan los ingredientes. También las que envasan los resultados en cristal, plástico o cartón con la imagen de la cooperativa. No hay máquinas. Sólo seis manos. Las de Eugenia, Ana e Isabel, que preparan el gel, el jabón o la colonia como si fueran guisos.
Conejillos de Indias
En Esenciaoliva, son muchas veces los propios clientes los que sugieren la introducción de las nuevas esencias. Antes de poner a la venta cualquier nuevo producto, Eugenia García, Isabel Pinel y Ana Castro hacen de conejillos de Indias de su propia empresa. "Cada nuevo artículo lo probamos con nosotras mismas", revela Eugenia. Es lo que harán cuando concluyan su próximo invento. Un nuevo cosmético con chocolate. "Estamos esperando que nos llegue la esencia. Estamos continuamente experimentado con nuevas cosas porque los consumidores nos reclaman innovaciones. Después del chocolate, probaremos con la brea", anuncia.
Son ensayos que, hasta ahora, han realizado en su pequeño local de Olvera, que no supera los 50 metros cuadrados. Dentro de pocas semanas, harán realidad su sueño. Mudarse a una nave industrial. "Son 300 metros cuadrados. Al principio, creo que se nos hará hasta algo grande". No descartan además que, si todo va bien, puedan comenzar a contratar nuevos empleados. Para que los conejillos de Indias se multipliquen.
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