"¡Ni un muerto más en Irak!"
Cerca de 100.000 personas se manifiestan en Washington contra la guerra
Bajo el nombre de Cindy Sheehan, la madre de un soldado estadounidense de 24 años muerto en Irak hace más de dos meses, ha renacido el movimiento antiguerra en EE UU. Miles de personas se congregaron ayer en el centro de Washington en una manifestación que, durante sus 12 horas, esperaba sacar a la calle a más de 100.000 pacifistas. "¡Ni un muerto más!", gritó Sheehan. "¡Ni un muerto más!", respondieron miles de gargantas.
La Calle 15 era una marea humana que avanzaba y clamaba contra George W. Bush y la guerra, y pedía la vuelta de las tropas a casa. Pero en la esquina con la avenida Pensilvania, una veintena de jóvenes expresaba otra opinión. "Excepto poner fin a la esclavitud, al nazismo, al fascismo y al comunismo, las guerras nunca han resuelto nada", asegura Ruth, de 22 años, y cuyo hermano sirve en Irak. Jeffrey Logan es veterano de Vietnam y sujeta sobre su cabeza un eslogan que cambia los tiempos del original: "Hacer el amor después de la guerra".
El sargento Mike German, que volvió de Irak hace tres meses, argumenta que nadie que no haya estado allí puede protestar contra la guerra. Miles de personas a su alrededor parecen no darle la razón. Tom Gusman, uno de los manifestantes, mira a German y grita: "No más víctimas". "Si traemos las tropas a casa, ¿quién se va a hacer responsable de las atrocidades que pasan allí", pregunta con voz de mando militar el sargento. "¿Cindy Sheehan?", se pregunta.
Con la Casa Blanca de telón de fondo, aunque el presidente George W. Bush se hallaba en Tejas, los activistas tomaron el corazón político de EE UU para expresar su opinión contraria a una guerra que hasta el momento se ha cobrado la vida de más de 1.900 soldados estadounidenses y de muchos miles de civiles iraquíes. "Bush miente y miles mueren", rezaba una pancarta. "Acabar con la ocupación", gritaba Sarah Cecil, 26 años. "Tenemos que implicarnos, Bush es el peor presidente de la historia", dice.
Familia Couso
María Isabel Permuy, madre de José Couso, cámara de Tele 5 muerto en Irak durante la guerra en 2003, se sumó ayer a la protesta junto a su hijo Javier. "Pedimos el fin de la ocupación de Irak. Nuestro dolor es igual que el que sufren las madres de los soldados muertos y las de los iraquíes víctimas de la guerra".
Ayer hubo concentraciones en Los Ángeles, San Francisco, Seattle, Roma, París y Londres.
Desde el escenario, poco antes de la aparición de Cindy Sheehan, el icono antiguerra, la mujer que es comparada con Rosa Parks -la costurera negra que inició en 1955 la lucha por los derechos civiles en Alabama-, se observan miles de cabezas. Niños, ancianos, jóvenes. Hombres y mujeres de todas las edades para decirle a Bush que no les gusta "su guerra". Cuando habla Sheehan pide que se oiga la reclamación en el interior de la Casa Blanca, a muy pocos metros de su espalda. "¡Ni uno más!", exclama Sheehan. "¡Ni uno más!", corean los demás.
La mujer que hace casi dos meses inició una acampada frente al rancho de Bush en Crawford (Tejas) aseguró a los concentrados que estaban "haciendo historia". Sheehan arremetió contra el Congreso de Estados Unidos, la Administración de Bush y los medios de comunicación por "no hacer su trabajo". "¿Cuántos más hijos va a sacrificar, señor presidente?", preguntó Sheehan señalando a la Casa Blanca.
Al caer la noche, Joan Baez, de 64 años, cantará en contra de la guerra, de cualquier guerra. Su presencia recuerda una vez más al movimiento contra la guerra de Vietnam a finales de los años sesenta y principios de los setenta, movimiento que arruinó la presidencia de Lyndon B. Johnson y marcó la de Richard Nixon.
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