Alonso da un paso definitivo

Las cosas le van de cara a Fernando Alonso en Brasil. Justo cuando más lo necesitaba, ayer consiguió una pole position que le abre las puertas de par en par para concretar de una vez por todas el título mundial que está persiguiendo en las últimas carreras. El asturiano no sólo realizó una vuelta impecable en la cronometrada, sino que, además, se benefició de un error imperdonable del finlandés Kimi Raikkonen en la primera curva de su vuelta de clasificación. "No lo vi porque aún estaba en pista", comentó después el asturiano. "Pero mi ingeniero me lo dijo por la radio. Por descontado que la situación es ahora mucho mejor para mí: saldré delante y podré evitar muchos líos. Es una perfecta oportunidad para ganar el título".

Alonso partirá en primera posición en la parrilla de salida, compartiendo línea con el colombiano Juan Pablo Montoya, al que le sacó 15 centésimas. Giancarlo Fisichella (Renault) y Jenson Button (BAR Honda) ocuparán la segunda, mientras que Raikkonen partirá en la tercera. Una pésima noticia tanto para McLaren como para el finlandés, que acusó problemas de puesta a punto de su coche todo el fin de semana, pero que parecía en disposición de superar a Alonso en su vuelta rápida. La acabó a 79 centésimas, un mundo. "Lo que ahora sabemos es que somos tan rápidos como McLaren y que en China, cuando apliquemos toda la evolución que tenemos programada podemos serlo más", señaló Dennis Chevrier, ingeniero jefe de motores de Renault. "Lo que nos queda por ver es si seremos capaces de mantener estos niveles de eficacia durante toda la carrera. Lo comprobaremos en la primera parada en los boxes".

La cuestión es que ayer los dos Renault se movieron en cronos similares a los de McLaren y que la evolución de su motor y, especialmente, las mejoras aerodinámicas introducidas en el chasis, se están mostrando mucho más eficaces de lo que en un principio parecía. Alonso tiene alas para volar hacia el título. Le lleva 25 puntos de ventaja a Raikkonen a falta de tres carreras. Sólo le hace falta acabar en el podio en Brasil o que el finlandés no concluya entre los cuatro primeros, para asegurarse un título que le convertiría en el campeón más joven de la historia, con 24 años y casi dos meses.

La euforia en Renault, como demostró su director, Flavio Briatore, eufórico por lo ocurrido, está avalada de sobra. La de ayer es la octava pole position en la carrera de Fernando Alonso y la quinta de esta temporada. Y cuando salió primero las cuatro veces anteriores este año, o ganó la carrera (en Malaisia, Bahrein y Francia) o acabó segundo (Gran Bretaña).

Su margen de error es mínimo, ridículo. En las dos últimas temporadas ha cometido sólo dos: uno en Montecarlo, al plantear mal un adelantamiento el año pasado, y otro en Canadá, donde se estrelló contra el muro el pasado mes de junio. Las demás carreras las ha acabado todas, ha ganado seis y ha subido al podio en otras seis. Es un dato que da garantías. Y más teniendo en cuenta que la tensión del momento parece afectar mucho más a Raikkonen que a Alonso, a pesar de que el español se juega mucho más.

"Fue una pena", se justificó el finlandés. "Llegué a la primera curva, me despisté, tuve que pisar el freno y perdí siete décimas. Si no ocurre esto, estoy convencido de que habría hecho la pole. Las cosas serán más difíciles, pero creo que ganar la carrera es todavía posible". Eso ayudaría a McLaren en la lucha por el Mundial de constructores que le está disputando a Renault. Pero parece claro que sólo algún desgraciado incidente puede evitar que Alonso sea campeón del mundo esta tarde en Interlagos.