Los arquitectos afirman que Alicante no garantiza los servicios básicos para 45.000 habitantes en Rabassa
El Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, en sus alegaciones al plan de Rabassa (urbanización de 4,2 millones de metros con 15.000 viviendas en la periferia de Alicante) cree que este proyecto adjudicado por el Ayuntamiento al constructor Enrique Ortiz, incumple un buen número de preceptos legales. Uno de ellos, la nueva redacción al artículo 10 de la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU), donde se establece que el desarrollo del suelo urbanizable comporta necesariamente la ejecución de la totalidad de las infraestructuras de servicios, internas y externas, que precise y genere la actuación para no menguar los niveles de servicios existentes o deseables, a cargo de la correspondiente actuación.
El Colegio se pregunta si ha previsto la ciudad la dotación de equipamientos externos, no locales, necesarios para el crecimiento previsto: sanidad, educación, mercados, cultura, deportivos. Si Alicante va a tener que absorber un crecimiento superior casi a una quinta parte de su actual población (la previsión de Rabassa son 45.000 habitantes), los arquitectos creen que la ciudad deberá prepararse para ello, y no sobrecargar los equipamientos generales existentes.
Para el Colegio, la "enormidad y desproporción" de la operación tiene unos costes externos y consecuencias de los que nada se indica en el proyecto. "Estamos en presencia de una suerte de bulimia urbanística, de un engorde innecesario y desmedido de la masa urbana que pasará factura: esta obesidad urbanística tiene su patología propia plasmada en el vaciamiento y la decadencia de los barrios centrales", indica la alegación. Y concluye: "Antes de acometer una expansión tan brutal hay que demostrar de forma inequívoca su necesidad, justificarla y fundamentarla como se exige a todas las decisiones administrativas, públicas, que no pueden ser discrecionales, ni arbitrarias".
Las alegaciones de la plataforma contra Rabassa, que al igual que los arquitectos, reclaman la suspensión de este plan, también abordan las carencias de equipamientos en el proyecto. Uno de los estudios de este colectivo ha tomado como referencia los equipamientos existentes en un núcleo poblacional de 45.000 habitantes, similar al que se propone levanta en Rabassa: un hospital de referencia, dos escuelas infantiles, 10 colegio públicos, tres institutos, un centro de formación de adultos, una biblioteca, un centro social y comunitario, un centro de salud, un centro de día para la tercera edad y un centro juvenil. Parece claro, según la plataforma que Rabassa no va a disponer de todos estos equipamientos básicos.
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