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Batasuna aborda su reorganización para estar presente en las municipales

Batasuna ha celebrado este mismo mes una asamblea nacional en la clandestinidad, pese a lo cual reunió a 300 personas, con el fin de ponerse a punto para afrontar la complicada tarea de su reorganización de cara a las elecciones municipales y forales de 2007, en las que sus actuales dirigentes no ponen en duda, al menos en privado, que estarán presentes. Desde su ilegalización, la formación abertzale ha resistido los sucesivos retos electorales contabilizando votos nulos, pese a haber acusado un descenso considerable en esos apoyos, pero su organización interna se ha resentido fuertemente por su exclusión institucional, concretamente desde su salida de los ayuntamientos y, en los últimos meses, del Parlamento vasco.

La asamblea, de la que ayer se hacía eco su diario afín, Gara, es el punto de partida de la puesta en escena del debate denominado Bide Eginez ("Haciendo camino"), que se va a desarrollar este otoño sobre la ponencia aprobada en la asamblea, y que concluirá a finales de año con la idea de relanzar esta formación, que ha cumplido cuatro años desde su constitución tras la ruptura de la tregua de ETA. El cónclave también sirvió para informar en este momento político a una militancia que tiene que enfrentarse a las dificultades de comunicación que comporta la ilegalización.

Mientras la dirección de Batasuna prepara con esmero para su proyección exterior un sonado aniversario de la declaración de Anoeta de noviembre pasado, que marcó su nuevo discurso favorable a la pacificación, se mantendrá internamente el debate para tener a su militancia activa y movilizada, incluso ilusionada.

La ponencia aprobada en la asamblea destila autocomplacencia cuando afirma que ha "superado el ciclo de la ilegalización" y se atribuye ser el "centro del debate político", además de subrayar que han "desgastado el plan Ibarretxe y condicionado los proyectos del PNV". "El PNV ha aparcado el plan Ibarretxe y ha dado un salto a un discurso sobre una mesa para la solución", se jactan. Sin embargo, a la vez tienen que reconocer las divisiones en la izquierda abertzale desde el Pacto de Lizarra.

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