Diseños en tiempos difusos

Andrea Branzi (Florencia, 1938) es uno de los padres fundadores del diseño italiano actual. Fue promotor del llamado movimiento radical, colaborador con sus diseños experimentales de las principales marcas de diseño de su país natal (Alessi, Artemide, Cassina...), editor de revistas, coordinador de exposiciones y profesor de diseño en Milán.

"El diseño en Italia se ha convertido en una profesión de masas, lo que tiene que tener un sentido negativo", apuntó ayer el prestigioso diseñador minutos antes de intervenir en el foro organizado por Habitat Valencia Forward (FIM Cultural 2005) en el marco de la Feria Internacional del Mueble.

Branzi abundó en el cambio que está experimentando el diseño y en el interés que despierta entre los jóvenes: "Hay unos 50.000 alumnos de diseño en Europa; en Japón, son 70.000".

El diseñador francés Christophe Pillet (1959) también participó en el encuentro moderado por el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia Javier Pastor. Tiene otra visión de las cosas, fruto en buena medida de su pertenencia a otra generación. Antiguo colaborador de Philippe Starck y uno de los profesionales más emergentes de Francia, responsable de muebles, accesorios y objetos para firmas como Artelano, Cappellini, JC Decaux, Bally o Veuve Clicquot, Pillet matizó un comentario del diseñador italiano, que fue profesor suyo y cuyo trabajo influyó en su determinación de ser diseñador cuando vio sus trabajos en un libro.

Piller dijo que, si bien es cierto que buena parte de los empresarios no han cambiado por completo de mentalidad y se niega a adoptar estrategias de innovación a través del diseño, hay que distinguir entre sectores e industrias. Porque, por ejemplo, "el sector de la moda va muy por delante de otros sectores como el del mueble". En la moda, el diseño y la innovación son herramientas básicas en la estrategia.

Las fronteras entre el diseño, la arquitectura y las artes plásticas son cada vez más difusas. Las nuevas tecnologías han permitido que uno pueda emplear técnicas antes desconocidas, lo que ha contribuido decisivamente en la ruptura de la idea de que la única función del arquitecto es construir un edificio, la del diseñador concebir una silla y la del fotógrafo sacar una imagen, explicó Pillet.

Ahora, todos esos mundos se acercan. En realidad, "todas estas profesionales tienen un claro común denominador: la creatividad", apostilló Branzi. El diseñador y teórico italiano sugirió que "es posible que el siglo XXI se caracterice por una concepción débil y difusa, frente a la concepción del siglo XX, fuerte y concentrada". "Ha cambiado el sistema político y económico. Hoy no hay soluciones definitivas. Las cosas son reversibles, elásticas". agregó.

Branzi, por otra parte, destacó el trabajo en España de diseñadores como el catalán Juli Capella. Lo hizo antes de que éste llegara al FIM Cultural, que dirige Pepe Cosín, y asistiera al encuentro entre los diseñadores italiano y francés. "Ha sido un encuentro muy interesante. Se han puesto de manifiesto dos puntos de vista diferentes de dos profesionales de generaciones distintas. Branzi opta por dedicarse a la investigación experimental, situándose fuera del mercado, ajeno a los dictados del mismo; Pillet apuesta por trabajar dentro del sistema de manera independiente, con el propósito de hacer objetos que mejoren la calidad de vida".