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Sony anuncia 10.000 despidos y el cierre de 11 plantas para reorientar el negocio

La multinacional ha perdido baza en reproductores de música y televisores de pantalla plana

El gigante japonés de la electrónica y entretenimiento Sony anunció ayer que planea recortar unos 10.000 puestos de trabajo en todo el mundo, 4.000 en Japón y 6.000 en el exterior, y que cerrará 11 de sus 65 plantas hasta marzo de 2008. La compañía japonesa no desveló qué países serán los afectados. Estas medidas son parte de un nuevo plan de reestructuración de tres años con el que la empresa pretende impulsar el sector electrónico y que le obliga a moderar radicalmente sus planes de crecimiento mundial. La dirección de Sony España cree que la medida no afectará a la planta de Barcelona.

La multinacional japonesa Sony anunció ayer un ambicioso plan de reestructuración con el que eliminará cerca de 10.000 empleos y cerrará 11 fábricas en todo el mundo. Junto al despido de los 10.000 trabajadores, que equivalen al 6,6% de la plantilla global de Sony, compuesta por 151.400 trabajadores, se suma una reducción de costes de hasta 200.000 millones de yenes (1.471 millones de euros).

Además el gigante nipón destinará un total de 210.000 millones de yenes (1,5 millones de euros) a los costes de reestructuración del grupo. Sony pretende reorganizar 15 de sus divi-siones y disminuir en un 20% el número de modelos que comercializa.

Sony, el segundo fabricante mundial de artículos de electrónica para uso doméstico, estima para este ejercicio fiscal, que en Japón termina el 31 de marzo, las primeras pérdidas netas acumuladas del grupo en una década. Se trata de 10.000 millones de yenes (73,5 millones de euros), según el presidente de la empresa, Howard Stringer.

La previsión de las pérdidas contradice el presupuesto inicial que anunciaba unos beneficios operativos de 30.000 millones de yenes (220,6 millones de euros) para el presente año fiscal.

A esta situación ha contribuido el que Sony, inventora del walkman y de la televisión Triniton -ambos cada vez con menor demanda y precios más reducidos-, ha perdido la baza en ámbitos claves, en el mercado de reproductores de música y en el de televisiones de pantalla plana, frente a rivales de la talla de Apple Computer, creadora del reproductor portátil de música iPod, y frente a Matsushita Electric Industrial, fabricante de la marca Panasonic, Sharp y JVC, líderes en el mercado de las pantallas planas, de plasma y cristal líquido.

Sony, que ha cerrado líneas de producción de los tradicionales aparatos de tubo de rayos catódicos, pretende enfocar su producción en artículos portátiles de electrónica, chips, videojuegos, consolas de videojuegos, películas, cámaras digitales y televisiones de pantalla plana, que equivalen a dos tercios de sus ingresos, tras haberse diversificado, durante las últimas dos décadas, en negocios que van desde los robots a los seguros.

Aunque últimamente, Sony ha invertido fuertemente en chips y en pantallas de cristal líquido, en muchas áreas es aún mucho menos eficaz que sus rivales porque retrasó la salida al mercado de sus nuevos modelos de televisores de última generación, lo que favoreció la pérdida de cuota de mercado.

Además, Stringer aseguró que el grupo Sony realizará una cesión de bienes inmobiliarios y acciones, activos no esenciales por no pertenecer a su cartera central, que integran bienes bancarios y seguros. Esa cesión debería llegar hasta los 120.000 millones de yenes (885 millones de euros) antes de marzo de 2008, fecha en la que Sony se ha fijado como objetivo conseguir un margen de beneficios operativos de un 5%. Sus rivales tienen más del 10%.

La dirección de Sony, cuyas acciones han pérdido dos tercios de su valor en los últimos cinco años, expresó su confianza en que "esas reducciones contribuirán a racionalizar las operaciones y permitan ser más eficientes". Con la intención de recuperar mercado y volver a resurgir como el coloso que ha sido hasta ahora, la pasada primavera Sony eligió por primera vez en sus 59 años de historia, a un presidente y director ejecutivo no japonés, Stringer. Un estadounidense de origen galés, quien junto con el presidente del grupo, Ryoji Chubachi, ha impulsado estos nuevos proyectos de saneamiento del grupo.

"Hemos hecho promesas, que no hemos cumplido. Ahora tenemos que luchar como los guerreros de Sony que somos", aseguró Stringer en alusión al espíritu de los antiguos samuráis, guerreros que encarnaban la virtud de la sociedad japonesa tradicional.

Preocupación en España

La dirección de Sony España consideró ayer que el ajuste no afectará a la planta que la multinacional japonesa tiene en Viladecavalls (Barcelona), con 1.200 empleados directos y 400 eventuales. Durante el pasado mes de junio la fábrica catalana abandonó la fabricación de televisores de tubos catódicos para producir pantallas planas. La actividad de la factoría barcelonesa está orientada a la exportación, cerca del 90% de la producción se distribuye en países del sur de Europa. La dirección española asegura desconocer cuáles serán las fábricas que cerrarán.

Por su parte, los sindicatos mostraron su preocupación por el anuncio de reducción de plantilla. Comisiones Obreras (CC OO) exigió ayer a la multinacional japonesa un plan industrial a medio y largo plazo que asegure la estabilidad y la calidad del empleo en los centros de Sony en España. El sindicato UGT ha reclamado a la dirección de Sony España total transparencia en sus intenciones de cerrar las plantas. UGT aseguró que la planta española es "perfectamente viable", ya que es el principal centro de televisores de Europa. USOC recordó que los trabajadores de Barcelona ya asumieron en julio "importantes esfuerzos con la empresa en materia salarial".

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