Aires de libertad que soplan en la cárcel
Paco Herrera es un cantautor andaluz que lleva 11 años de trabajo continuo con los internos de la cárcel de Sevilla. Él coordinó un proyecto de reinserción, que se tornó ONG, dedicada a la reinserción de los presos a través de la creación artística, y en especial, a través de la música. En la prisión sevillana trabajan en el taller musical 20 internos para tratar de sacar adelante lo mejor de sus voces y sus propias composiciones.
Lola Piña es una de sus componentes. Cada miércoles y jueves, espera la llegada de Herrera para evadirse. "Cuando estoy encima del escenario, delante del micrófono, los muros se caen y ya no hay rejas", contaba ayer con una amplia sonrisa. Lola es una de las integrantes que el próximo domingo podrá salir del centro penitenciario para actuar en la clausura de la 64ª Velá del Cerro del Águila, el popular barrio sevillano.
Al igual que Lola, Carmelo Dueñas, apenas tuvo contacto con la música antes de ingresar en prisión. Gracias a Aires de Libertad descubrió que tenía un especial talento para expresar sus ideas y sentimientos en canciones. "Él es el Sabina de aquí", dijo Herrera. "Él escribe la mayoría de las letras que luego canta el resto de compañeros", afirmó.
Carmelo Dueñas, de 45 años, ha pasado más de media vida en prisión. También para él, la creación artística es la mejor llave para escapar del peso de la institución penal. "Y ya tengo más de 100 temas registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual", señalaba orgulloso.
En el taller de Aires de Libertad ya se han grabado varios discos "de forma totalmente artesanal, debido a los escasos medios"-recuerda el coordinador- que se distribuyen entre los presos. Y de las celdas han salido intérpretes que se abren paso en el mundo de la música. "El caso de José Rubio, El Cani, es el más representativo, ya ha grabado un disco y todo".
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