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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Opina un carbonero sobre El Algarrobico

En primer lugar debo de reconocer que la publicación de dos páginas completas del Ayuntamiento de Carboneras en el diario de La Voz de Almería, del sábado día 10, es un poco exagerada, máxime si lo que pretende es que todos nos informemos de la postura del consistorio con respecto a este tema. Puesto que existen otros cauces para hacer llegar la información a los interesados, y no precisamente haciendo publicidad, suponiendo unos costes para las arcas del Ayuntamiento que, al fin y al cabo, repercute en todos los carboneros.

Nuestro Ayuntamiento destina un presupuesto anual de publicidad desproporcionado, destinada a la promoción turística de Carboneras, pero que en la mayoría de las veces es más publicidad partidista del equipo de Gobierno. Siendo un pueblo tan chico no se entiende cómo el Ayuntamiento de Carboneras es uno de los mejores clientes de la agencia publicitaria "Estrategia Creativa".

Con respecto al hotel El Algarrobico, en mi opinión, es un mastodonte de hormigón que rompe con la armonía del entorno de un paraje característico de la costa del levante almeriense, que no se entiende que aún siendo un zona de inmensurable belleza y estando protegido, la administración local y autonómica hayan permitido la construcción de semejante mole en mitad de una playa que, para mí, es paradisíaca.

No estoy en contra del desarrollo turístico de Carboneras pero, a mi entender, debemos preservar los auténticos valores ecológicos por los que merece la pena visitar Carboneras, y de ese modo nuestros hijos podrán seguir disfrutando de la belleza de nuestro entorno privilegiado. El desarrollo sostenible al que hace referencia la publicidad no la entiendo de ese modo, porque, precisamente, es la integración de un desarrollo sin la destrucción de una zona de incalculable valor paisajístico natural, donde antiguamente existía una agricultura tradicional de secano y pastoreo. Mi padre, de joven, trabajó en el cortijo de El Albardinal, situado a menos de un kilómetro río arriba, donde se ganaba la vida pastoreando y recogiendo la cebada de los bancales del entorno. Para mí, El Algarrobico siempre ha sido lugar mágico donde no sólo disfruto de sus playas en verano, sino también es mi refugio de admirable belleza embaucadora que me gusta visitar cuando el mar está embravecido o las lluvias han hecho salir el río Alías.

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