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Repsol realizará prospecciones en la Costa del Sol para hallar gas en octubre

La compañía petrolera aplazó las maniobras la pasada primavera

Javier Martín-Arroyo

La compañía Repsol buscará gas en el subsuelo marino de Málaga en el plazo de dos semanas. Las prospecciones sísmicas se extenderán en un radio de 307 kilómetros cuadrados, entre Marbella y Benalmádena, y se realizarán desde un barco que emite ondas símicas. Las cofradías de pescadores se opusieron en su día a las exploraciones previstas, y reclamaron a Repsol compensaciones económicas porque las maniobras afectarían al caladero malagueño, pero finalmente no hubo acuerdo entre ambas partes.

A pesar de las reticencias ante las exploraciones sísmicas, fuentes de Repsol han confirmado que no habrá más retrasos, ya que la compañía petrolera no está dispuesta a afrontar "sustanciales pérdidas económicas". El día exacto de comienzo de la campaña sísmica, denominada Siroco 3D y que durará unos 15 días, dependerá de las condiciones climatológicas, pero será definitivamente durante la primera quincena de octubre.

Repsol ya anunció en febrero, tras la concesión de los permisos necesarios por parte del Ministerio de Industria, que sondearía el subsuelo de 781 kilómetros cuadrados, desde Marbella hasta la vertical de Torre del Mar. Ante la fuerte oposición del sector pesquero, la dirección de la empresa se avino a negociar con las cofradías y llegó a ofrecer por el perjuicio a la pesca 250.000 euros en concepto de "lucro cesante", cifra rechazada por las cofradías. Repsol redujo drásticamente la superficie hasta los 307 kilómetros cuadrados para minimizar el impacto, y retrasó la campaña prevista para el pasado marzo hasta octubre, mes en el que existe una parada biológica programada para la pesca de arrastre.

"En ningún caso aceptaremos las compensaciones porque no hay un documento que diga que el caladero no se verá afectado". Así de tajante se mostró Juan Haro, presidente de la Federación de Cofradías de Málaga, ante la posibilidad de que el sector, que agrupa a 1.500 pescadores, se acogiera a las ayudas ofrecidas por Repsol. Al parecer el sector no mantiene un frente común ante unas indemnizaciones espinosas y que pueden pasar de largo, a pesar de que en las reuniones de junio sí hubo unanimidad.

"Ese dinero para nosotros representa una bomba, porque ¿cómo lo repartiríamos? Es muy difícil cuantificar la pesca de cada barco. Repsol tiene la ley a su favor y el apoyo de la administración. Está difícil", avisa Pedro Ruiz, de la sección de Pesca de Comisiones Obreras y que no descarta acogerse a las ayudas económicas cuando la petrolera les informe de las exploraciones, comunicación que aún no se ha producido. Para el sector pesquero el Gobierno debe procurar que el caladero no se vea afectado por las ondas sísmicas, pero éste no ha actuado en ese sentido.

"El sector pesquero no se siente casi nunca representado y hay un problema de comunicación y falta de credibilidad por parte de los patrones. Se podía haber encontrado una solución, pero se cerraron en banda", subraya Antonio Moreno, delegado de la Consejería de Agricultura y Pesca, presente en las negociaciones hasta el fracaso de las mismas. El delegado opina que la actitud de Repsol ha sido "positiva" durante las negociaciones, ya que la empresa no desea tener una mala imagen en Málaga, y recuerda que para favorecer su transparencia invitó a los pescadores a presenciar las prospecciones desde el barco sísmico.

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Según Moreno, las soluciones podían haber pasado por negociar estudios de pesca subvencionados por Repsol, o una rebaja general ante la subida imparable del gasóleo y que tanto afecta a la flota. "Contra el interés general no se puede ir", resume Moreno para justificar que el hallazgo de gas en el subsuelo marino aportaría unos recursos vitales y que no abundan en España.

El posible daño sobre los mamíferos marinos y la "falta de control" ha motivado la oposición ecologista a la campaña. "Los sonares de penetración de sedimentos y sus frecuencias tan brutales afectan a la fauna, que optará por alejarse de la zona y es posible que para siempre", denuncia Juan Manuel Cestino, oceanógrafo de Ecologistas en Acción. Para Cestino el problema principal es la carencia de un estudio científico que analice el impacto real de este tipo de prospecciones.

Decibelios en el mar

El barco en busca de los recursos gasíferos será el Atlantic Explorer, que emite una señal acústica mediante una fuente de aire comprimido cada 18 metros. El buque remolca seis cables de 4.500 metros llamados hidrófonos, y que registran estas ondas propagadas por el subsuelo marino.

Los datos registrados por estos hidrófonos son transmitidos al barco, donde un complejo sistema de grabación analiza y registra estos datos en unas cintas magnéticas. Este trabajo producirá un ruido continuo de aire comprimido cada ocho segundos con una intensidad de 127 decibelios.

La empresa petrolera aduce que las prospecciones se realizan con relativa normalidad en todo el litoral español y que su impacto es mínimo. Durante este año Repsol ha completado una campaña sísmica similar en Tarragona, y actualmente estudia una campaña en las costas de Asturias que cubre una superficie mayor que la diseñada para la Costa del Sol.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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