En el reino del lugar común
El título de la colectiva, Memoria y tiempo, remite al clásico La cámara lúcida, donde su autor Roland Barthes dejó escrito que "la fotografía no rememora el pasado (no hay nada proustiano en una foto); el efecto que produce en mí no es la restitución de lo abolido, sino el testimonio de que lo que veo ha sido". De esta forma, la selección que presenta la sala Fotocolectania dibuja los dos ejes, tiempo y memoria, sobre estilos y técnicas que poco tienen en común salvo la imagen elaborada, tan lejos del instante decisivo. Memoria y tiempo anudan imágenes desiguales, algunas de lograda extrañeza, otras terriblemente anodinas, sin embargo todas asumen las pocas o muchas cualidades de su arte, recorrido por la revivificación del tiempo. Entre los que firman estos trabajos -Marcelo Isarrualde, Manel Armengol, Ignasi Aballí, Elger Esser, Nuria Canal, Adrian Tyler- destacan los alemanes Jochen Lempert y Peter Piller.
MEMORIA Y TIEMPO
Comisaria Lola Garrido
Fundación Fotocolectania
Julián Romea, 6-D2. Barcelona
Hasta el 30 de septiembre
Lempert fotografía cabezas de pájaros disecados y las ordena en forma de tableau; son aves retratadas que parecen impasibles pero sus ojos muertos retienen lo que han visto bajo todo el peso de las alturas, de manera que aquellas volandas parecen caer en la planitud de un plumaje como un simple efecto incorporal. La taxonomía que Lempert hace de estas naturalezas nos habla de la venganza del pasado y del futuro sobre el presente, una manera de liberar la imagen del tiempo y otorgarle un estatuto totalmente nuevo.
Las fotografías de Peter Piller podrían servir de ilustración de un cuento de hadas. Fairyland se opone al common-place. Ordenadas en series, estas imágenes parecen tener una inspiración carrolliana, de cuento de hadas, y no, nada de eso, son imágenes que han sido tomadas con un interés de archivo, por una agencia inmobiliaria, que Piller recupera, reordena y edita basándose en alguna característica que las pone en común. Así, Lenguas es un ready-made encadenado que sugiere que vivimos en un mundo individuado, de singularidades, que el arte es capaz de organizar en series convergentes que se abren a tantos mundos posibles, aunque estos mundos sean del reino del lugar común.
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