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Los 494 grupos mafiosos de España logran ingresos anuales de 1.020 millones de euros

La policía calcula que, además, han acumulado un patrimonio que supera los 1.453 millones

Jorge A. Rodríguez

El delito organizado se comporta como el mundo de la moda. Con tal de mantener vivo el negocio, los delincuentes son capaces de rediseñar el timo de la estampita, pero también de crear tendencias como el car home jacking. La Comisaría General de Policía Judicial ha entregado recientemente un estudio sobre los grupos mafiosos en España durante 2004, en el que describe "las tendencias, amenazas y riesgos" del mundo del hampa. El informe explica cómo los 494 grupos mafiosos asentados en España generan unos ingresos anuales de 1.019.347.264 euros y acumulan un patrimonio de 1.453.004.670 euros.

"En general", afirma el informe, "los grupos organizados son muy flexibles, se interrelacionan como células independientes, a veces suman esfuerzos para realizar actividades independientes pero con una misma finalidad delictiva, creándose ciertas especialidades dentro de una cadena criminal, como pueden ser la proporción de medios de transporte, de comunicación y de documentos en muchos casos falsificados, la venta de armas y el robo de vehículos".

La policía señala que, de los 494 grupos detectados en 2004, ha logrado "el suficiente nivel de información sobre sus recursos económicos" de 190, en los que trabajan 2.645 delincuentes. Entre éstos han reunido un patrimonio estimado de 558,8 millones, gracias a una actividad criminal que les genera unos 392 millones al año, a razón de unos 148.226 euros por individuo. "Si proyectamos estas cifras sobre el total de los 494 grupos analizados, se obtiene un montante de 1.453.004.670 euros de patrimonio y unos ingresos anuales estimados en 1.019.347.264 euros".

Las tendencias para hacer aflorar ese dinero, además de la compra de propiedades inmobiliarias, han ido cambiando. Las llamadas operaciones de compensación para el blanqueo son las más habituales, una actividad tradicionalmente ligada a grupos colombianos, pero que ahora se asocia a los británicos de origen indio. "El sistema está basado en la recogida de dinero en el Reino Unido para realizar el pago de productos textiles adquiridos en India o Pakistán, si bien este pago no se efectúa. El dinero es entregado a un intermediario, el cual lo entrega a un tercero, al tiempo que se está realizando una operación similar en sentido contrario, es decir, desde India o Pakistán hacia el Reino Unido".

Métodos delictivos en alza

Una novedad fue detectada el año pasado para mandar dinero producto del narcotráfico a Colombia, Venezuela y Marruecos. El grupo contacta con una empresa española de importación y exportación de vehículos, a cuyo responsable le dan grandes cantidades de dinero en billetes pequeños. El dinero se cambia en el banco por billetes grandes con la excusa de viajar al extranjero comprar coches. "Los billetes grandes se adosan al cuerpo de mujeres, las cuales viajan hacia esos países".

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Un tercer sistema consiste en la apertura de numerosas cuentas corrientes con cantidades moderadas en varios bancos, contra las que se solicitan tarjetas de débito. Las tarjetas son enviadas, sobre todo, a Colombia, donde una persona efectúa diariamente extracciones por el saldo permitido. La policía hace una advertencia: "La UE cuenta ahora con nuevos países miembros, algunos de los cuales poseen una banca joven ansiosa por conseguir mercado, razón por la cual admiten casi todo. Así, por ejemplo, parte del dinero generado en España por grupos organizados es enviado a Lituania y desde allí es exportado a Colombia".

El robo de coches de alta gama también está en alza, especialmente el car home jacking. Los delincuentes entran de noche en las casas, incluso con sus moradores dentro, y roban las llaves del coche. Si hay resistencia, "emplean un alto grado de violencia". Este sistema está siendo empleado por la sofisticación de los sistemas de seguridad de los vehículos caros, que impide el robo por el método tradicional (fractura del cristal y puente). Entran a la casa "tras efectuar un taladro a la altura de las cerraduras, que después manipulan con una varilla metálica (...) o por el parking comunitario, en el caso de las viviendas adosadas".

Es una especialidad de delincuentes búlgaros, rumanos y polacos. Los primeros suelen venderlos a marroquíes, "no sin antes haberlos balizado para seguirles". Los compradores suelen usarlos en su país para transportes de hachís. Cuando regresan, son localizados y robados, "mediante el asalto con armas de fuego" y les roban el vehículo y la mercancía. Resultado: en 2004 se produjeron nueve muertes conocidas en el mundo del hampa por "rivalidad entre los grupos criminales existentes". La policía admite: "Pese al decremento del número de fallecidos con relación al año 2003, se sospecha de la existencia de otras muertes violentas acaecidas por ajustes de cuentas".

El informe advierte sobre dos amenazas que están creciendo, capitalizadas por dos nacionalidades. Por un lado está "el riesgo de amenaza de resurgimiento de la delincuencia de origen chino", vinculada "a la inmigración clandestina laboral" y caracterizada por "un uso de la violencia cada vez mayor, sobre todo mediante el ejercicio de extorsiones a compatriotas". Algo similar ocurre con la delincuencia originaria de Rumania, sobre todo porque los grupos dedicados a los delitos de hurto la ha llevado "a ocupar el primer puesto, por delante de los españoles". La policía dice que hay que estar atentos a "un previsible aumento cuantitativo de los delitos contra las personas (homicidios, lesiones, secuestros, extorsiones)", cometidos por rumanos.

El 'multitimo' de la multipropiedad

Un fraude en crecimiento es el llamado de las cartas nigerianas, del que suelen ser víctima personas de alto poder adquisitivo de EE UU, Canadá y Japón. El caso suele ser éste: un ciudadano recibe en su correo una carta de un desconocido que dice haber ganado una enorme cantidad de dinero en la lotería pero que, por el motivo que sea (convincente, claro) no lo puede cobrar. Por eso ofrece a la víctima una participación en el botín, pero para cobrar debe mandar un anticipo para cuestiones burocráticas. El anticipo vuela y va a parar "a cuentas de individuos de origen libanés, si bien la nacionalidad que lleva a cabo el proceso es la nigeriana".

Más sorprendente es el triple timo de la multipropiedad o time sharing. Lo primero que hacen los estafadores es contactar con personas que han adquirido este tipo de derechos, por ejemplo, el disfrute por un mes de un apartamento en Marbella. Suelen ser personas que apenas usan ese derecho. Por ello, le proponen la compra del citado derecho a precio atractivo, pero le reclaman una mediana cantidad de dinero como anticipo de gastos.

El dinero vuela, el timado lo sabe y, además, sabe que hay más víctimas. Por eso no suele extrañarle que contacte con ellos un bufete de abogados que, asegura, está llevando un proceso contra los defraudadores. Para gestionar su caso, le piden otro anticipo. Si, como suele ocurrir, el primo lo envía, llega el tercer timo. La víctima recibe una aparente sentencia judicial, donde se le informa de que sus timadores han sido condenados a pagar una gran multa. El supuesto juzgado pide "la entrega de una cantidad de dinero por parte de las víctimas para enviarles su parte correspondiente de la multa". El triple timo ha sido consumado.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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