"Ha sido un resultado doblemente perfecto"
Fernando Alonso celebra el segundo puesto en Spa como si fuera un triunfo y agradece las "ayudas suplementarias" de McLaren
La prudencia con la que Fernando Alonso abordaba hasta ahora las preguntas que se le planteban sobre cómo visualizaba su coronación como el campeón más precoz en la historia de la fórmula 1 no mengua ni cuando se ha situado a seis puntos del título y ya no depende de nadie. Alonso, en cualquier caso, cuenta además, carrera a carrera, con los inestimables regalos de sus rivales, como el que ayer le ofreció el colombiano Juan Pablo Montoya. Así que el segundo puesto alcanzado por el asturiano en Spa le supo a triunfo. A Alonso le basta con ser tercero, el próximo día 25 en Interlagos, sede del Gran Premio de Brasil, para coronarse nuevo rey de la F-1 a sus 24 años.
El campeonato discurre, consecuentemente, de acuerdo a los planes trazados por Alonso, que sabía de la dificultad de conquistar el cetro mundial en Bélgica porque necesitaba sumar cuatro puntos más que Kimi Raikkonen, algo poco probable debido a la endiablada velocidad que poseen los motores Mercedes que equipan a los McLaren. Tras la carrera en Spa, el objetivo de Alonso está aún más claro: "No necesito hacer cuatro puntos más que Kimi", anunció el piloto español en la conferencia de prensa posterior a la carrera; "sólo necesito sumar seis puntos más y no importará lo que Raikkonen haga".
"En Brasil mejoraremos el motor y veremos si reducimos la diferencia", dice el asturiano
Raikkonen: "Tuvimos mala suerte porque todo iba perfectamente, sin tomar riesgos"
"La tercera posición era perfecta", comentó Alonso nada más bajarse del bólido azul, "pero entonces he visto que Montoya se había salido", matizó el asturiano, que nada más terminar la carrera se marchó a Oxford, donde actualmente reside. "Pero la segunda posición es doblemente perfecta. Es casi un triunfo", subrayó. "Está bien recibir alguna ayuda suplementaria de McLaren".
El error de Juancho, como así es conocido el piloto colombiano de McLaren, le benefició, pero Alonso debía estar allí para aprovechase de la situación y, como siempre, allí rodaba su R25 a pesar de las dificultades. "Las condiciones de la carrera han sido muy duras para todos, pero en este punto del campeonato no debo arriesgar", apostilló el ovetense. "Era muy complicado controlar el coche porque, debido a la poca carga aerodinámica que los ingenieros decidieron aplicarle, la parte trasera se movía demasiado, sobretodo en las curvas rápidas", explicó, muy satisfecho por el resultado y por el ánimo recibido por los cerca de 3.000 asturianos que se desplazaron hasta el mítico trazado belga ante la posibilidad de poder celebar el título.
"Creo que Giancarlo Fisichella tenía el mismo problema que yo; el coche también se le iba de detrás, y por eso se ha salido de la pista", comentó el piloto del Renault con el número 5 que, tras la carrera de ayer, ha visto cómo su perseguidor finlandés sumaba su sexto triunfo de la temporada, los mismos que posee él. "Hemos estado hablando, sobre todo en las vueltas finales de la carrera, sobre la posibilidad de colocar neumáticos de seco, pero no queríamos tomar riesgos y hemos optado por la seguridad", apostilló Alonso, que hoy mismo comenzará a familiarizarse con la nueva evolución del propulsor que exprimirá en Brasil.
La primera victoria de un McLaren esta temporada no llegó hasta la quinta cita del curso, en Montmeló. Pero desde entonces, desde que en la factoría de Wooking se pusieron las pilas para ofrecer a Raikkonen y Montoya el mejor material, la bravura de los MP4-20 plateados es superior a la de cualquier otro monoplaza de la parrilla. En Interlagos, la escudería francesa acude a la llamada de Alonso, y le ofrecerá potencia suplementaria para su coche.
"En Brasil utilizaremos un nuevo pack para el motor y veremos si nos permite reducir la evidente diferencia de velocidad respecto a Montoya y Raikkonen". El finlandés volador parecía resignado ayer a su suerte pese a la victoria. "Hemos hecho lo que hemos podido", aseveraba Raikkonen, que lamentó profundamente el accidente de su compañero de equipo. "Que Juan Pablo se haya retirado ha sido una verdadera pena porque creo que nos merecíamos salir de Spa primero y segundo", se lamentó Raikkonen, que apresuró su ritmo en el tramo final de la carrera hasta el punto de anotar dos vueltas rápidas.
"Tras realizar el cambio de neumáticos no he forzado demasiado, pero cuando el asfalto se ha secado he podido rodar al límite", acotó el piloto de la escudería anglo-alemana que, debido al percance de Montoya, sólo recuperó dos puntos con respecto a la escudería francesa en la pugna por el título de constructores.
Las escasas posibilidades que tiene Raikkonen para hacerse con el título de pilotos lo aferran a un clavo ardiendo. Además, este finlandés de 25 años es consciente de que el título está en manos de otro. "Si Fernando Alonso sigue terminando las carreras inmediatamente detrás nuestro, será imposible alcanzarlo", se resignaba el ganador en Spa Francorchamps. "Hemos tenido muy mala suerte porque todo iba perfectamente, no hemos tomado ningún riesgo y luego ha pasado lo que ha pasado". A Raikkonen y Montoya sólo les quedó el consuelo de los comisarios de la carrera, que multaron con 6.450 euros al brasileño Antonio Pizzonia (Williams-BMW) al considerarle culpable del accidente sufrido por el colombiano. A Montoya, en cualquier caso, no se le fue el cabreo, como tampoco a Michael Schumacher, que también tuvo que retirarse de la carrera después de ser embestido por el japonés Takuma Sato, sancionado con la pérdida de diez puestos en la formación de salida del próximo Gran Premio.
Sucesos menores para Alonso, que siempre viajó alejado del tráfico, procurando evitar las colisiones, incluso cuando Christian Klien pareció negarse a ser doblado y forcejeó con el asturiano. Alonso se apartó para seguir su camino hacia el podio y hacia el título de campeón mundial.
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