Un diésel muy silencioso

El Mazda 5 ya tiene mecánicas diésel, aunque no llegará hasta final de año, para completar las versiones actuales de gasolina. Se trata de un motor 2.0 con filtro de partículas que se ofrecerá en dos versiones de 110 CV y 143 CV, con unos precios a partir de 24.150 euros y 25.350 euros, respectivamente.

Al contrario que otras marcas del grupo Ford, como la matriz, Volvo o Jaguar, el fabricante japonés no va a utilizar en su monovolumen los nuevos turbodiésel desarrollados con el grupo Peugeot, y ha preferido evolucionar el motor 2.0 de gasóleo que montan los Mazda 6 y MPV. La utilización de un turbo de geometría variable y un raíl común con 1.800 bares de presión ha permitido aumentar la potencia y bajar el consumo. Y un nuevo catalizador cerámico pone la guinda reduciendo las emisiones al mínimo. Las mejoras incluyen también un aislamiento muy bien resuelto que rebaja la sonoridad por debajo de las versiones de gasolina y aporta a la vez un tacto refinado y exquisito.

Las dos versiones de 110 y 143 CV del motor turbodiésel montan el mismo cambio manual de seis velocidades y se diferencian sólo en la electrónica. Sin embargo, ofrecen unos consumos medios idénticos: 6,3 litros. El Mazda 5 de 110 CV acelera de 0 a 100 km/h. en 12,9 segundos y alcanza 179 km/h., y el más potente logra unos registros de 10,4 segundos y 197 km/h.

El monovolumen japonés estará disponible en tres acabados: Active (sólo para la versión 110 CV) y Active Plus y Sportive (para la de 143 CV). El equipo de serie incluye siempre seis airbags (los de cortina llegan hasta la última fila), ABS, control de estabilidad, radio-CD, ordenador de viaje, llantas de aleación y antinieblas. El Sportive (desde 25.900 euros) añade llave inteligente, control de velocidad de crucero, llantas de 17 pulgadas y otros detalles.