Adriana y los premios

Adriana Ozores ha obtenido el premio a la mejor actriz en el reciente festival de Montreal. Su interpretación de la madre que lidera una ardiente lucha contra los narcotraficantes gallegos en Heroína, no es más que una nueva muestra de la versatilidad que esta actriz viene regalándonos desde que a sus 20 años comenzara a aparecer en películas más bien malas. Pronto cambió de registro, hasta convertirse en lo que es ahora: un talento seguro. La veremos pronto en un breve cometido en la película coral El método, donde vuelve a deslumbrar. De casta le viene al galgo: Adriana es hija de actor (nada menos que de José Luis Ozores), y de generaciones de cómicos.

El cine español suele tener suerte con sus intérpretes: en ocasiones son los principales valores de una película, difícil de imaginar ya sin sus presencias. Recordamos ahora mismo a Candela Peña en Princesas; a Elvira Mínguez en Tapas (película cuyo guión, que tanto le gusta a Azcona, también ha sido premiado en Montreal); al elenco entero de Reinas... Y pronto en nuestras pantallas estarán también Pilar López de Ayala en su papel secundario de Obaba, Mariola Fuentes en la protagonista de La vida perra de Juanita Narboni, Yoima Valdés en Agua con sal... y el extraordinario Óscar Jaeneda al que le van a llover premios por su milagro de transformación en Camarón de la Isla, cuya biografía ha llevado al cine Jaime Chávarri. Y hay otros, bastantes más...

El premio a Adriana Ozores no ha tenido el eco que merece. No siempre con justicia, hay galardones que se consideran menores. Se contó en su día que los triunfos obtenidos en festivales por una película de Jaime Camino fueron silenciados por su productor, pensando que los premios alejaban al público antes que acercarlo.

Los académicos del cine español están visionando estos días en proyecciones privadas algunas películas por estrenar, y las que ya pasaron por las pantallas sin mayor pena ni gloria o que ellos no fueron a ver, en DVD. Tienen el cometido de elegir la candidata al próximo Oscar de Hollywood como mejor película de habla no inglesa. Un buen embolado, especialmente este año en el que no parece haber favoritas claras.

Sorprende en dichas proyecciones la escasa presencia de espectadores, como si diera igual qué película se la va a jugar con talentos de otros países. Aunque son más de 1.000 los académicos, bastan salas pequeñas para acogerlos a todos. Y el Oscar no es un premio menor... Quizá uno de los problemas del cine español consista en que no se toma a sí mismo demasiado en serio... salvo que surja alguna bronca. Bueno, en fin, Adriana ha sido reconocida en Montreal, y a nosotros nos viene una oleada de grandes interpretaciones que huelen a Goya. Lo del Oscar será lo que Dios quiera.