Gas Natural busca el respaldo de los fondos, que controlan el 65% de la eléctrica
Endesa confía en que la operación "reviente" por el rechazo de las autoridades y de los accionistas
El futuro de Endesa tras el anuncio de la oferta de compra hostil presentada el pasado lunes por Gas Natural está en manos de los inversores institucionales, que suman en torno al 65% de su accionariado. Cajamadrid, el único accionista dominante de la eléctrica, con un 9% del capital, necesitaría sumar aliados hasta un 25% de las acciones de la eléctrica para bloquear una operación a la que se opone. La entidad financiera podría intentar también hacer frente común para forzar un aumento del precio de la oferta, 21,3 euros. La subida de Endesa en Bolsa ha reducido la prima ofrecida al 3,4%.
Fuentes de Endesa confían en que los inversores no acudan a la oferta de Gas Natural y que la operación "acabe reventado por su propio peso", porque "son dos competidores que han concertado un reparto de mercado".
El consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, inicia hoy un periplo por las principales plazas financieras del mundo -Londres, Francfort, Nueva York y Boston- con una misión: convencer a los gestores de los grandes fondos de inversión internacionales de que la compra de Endesa, primera eléctrica de España, es un proyecto sólido y una apuesta ganadora para los accionistas.
Voto crucial
Villaseca deberá emplearse a fondo. Endesa carece de un núcleo de accionistas estable, a excepción de Cajamadrid, con un 9% del capital, y ayer hizo público su rechazo a la OPA de Gas Natural. La Caixa, principal accionista de la gasista, cuenta con otro 2,5% en la caja madrileña. El resto del capital es lo que se denomina free float, es decir, circula libremente en el mercado. Tan sólo un 22,5% corresponde a accionistas particulares.
Del resto, se estima que el 65% está en manos de inversores institucionales: un 18% en Estados Unidos; un 14% en el Reino Unido; un 19% en Europa, y un 14% en España. Su voto será crucial, ya que la OPA está condicionada a que sea aceptada por el 75% del capital de Endesa. Los inversores institucionales también deberán dar su veredicto sobre la operación en otros flancos, ya que son importantes accionistas de Gas Natural e Ibedrola. El 15% del capital de la primera está en manos de fondos internacionales, y el 7% está controlado por fondos españoles. En el caso de Iberdrola, los instucionales extranjeros controlan el 43% del capital.
"No somos inversores de corazón", dice Ramón Pereira, director general para España y Portugal de la gestora estadounidense Franklin Templeton, uno de los mayores inversor institucionales en Endesa. "Somos inversores financieros y pasivos. La decisión de comprar o vender se toma con arreglo a criterios objetivos. No hay amigos ni enemigos. Sólo compañías que en un horizonte temporal, en nuestro caso tres a cinco años, nos dan la rentabilidad que queremos o no". Los términos de la operación prevén el pago de 21,3 euros por cada acción de Endesa, lo que supone valorar la compañía en 22.549 millones de euros.
Fuentes del mercado señalan que si los fondos no están claramente convencidos de que la oferta "supera claramente" el valor de la compañía, no acudirán a la oferta. Desde el pasado viernes, las acciones de Endesa han subido un 11%. Esa revalorización ha cercenado la prima del 14,8% que presentaba el lunes, día en que se anunció la operación a tan sólo un 3,4% respecto a la cotización de cierre de ayer, 20,6 euros. "Me da la impresión de que el precio es bajo", señala el director de una gestora internacional con presencia en España.
Otras opiniones destacan que la operación "está muy bien diseñada desde el punto de vista técnico". El hecho de que la oferta ya contemple, en un intento de adelantarse a las autoridades de la competencia, la venta de activos a un tercer jugador, Iberdrola, por un importe de entre 7.000 y 9.000 millones de euros, "da mucha credibilidad a la operación", asegura el director de una gran gestora española.
Ello no quiere decir que el camino esté allanado. La OPA de Gas Natural está condicionada a que sea aceptada por el 75% del capital de Endesa. Cajamadrid ha hecho frente común con el consejo de la eléctrica y, en teoría, podría hacer campaña entre accionistas minoritarios e institucionales para bloquearla. A su favor cuentan con una baza: para que salga adelante la OPA, es preciso que la junta de accionistas de Endesa elimine las medidas de blindajes vigentes hoy en la compañía. Una de ellas limita los derechos de voto de los accionistas al 10% del capital, independientemente de cuál sea su participación. Podría ser utilizado por los accionistas de Endesa como moneda de cambio para exigir una subida del precio de la oferta.
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