El Ayuntamiento abrirá ocho lavabos públicos en Ciutat Vella y señalizará la veintena existente

El Ayuntamiento de Barcelona tiene previsto abrir hasta ocho lavabos públicos en el distrito de Ciutat Vella en un plazo de dos años. Lo hará recuperando antiguos urinarios, como los de la plaza del Teatre, o en forma de cabinas aisladas. Mientras, y ante el problema del creciente número de personas que orinan en la calle, se dispone a señalizar los más de 20 puntos en los que existen baños abiertos a todo el mundo. Están ubicados en equipamientos como centros cívicos o museos, en mercados, aparcamientos públicos o quioscos de refrescos de los parques.

De los ocho urinarios previstos, tres seguirán el desaparecido modelo de los que existieron en la ciudad: servicios abiertos 24 horas y con personal de mantenimiento. Justo lo que reclaman desde hace tiempo los comerciantes y vecinos del entorno. Los primeros en recuperarse serán los del subterráneo de la plaza del Teatre, bajo el monumento a Frederic Soler, Pitarra, al final de La Rambla. Su apertura, aseguran fuentes del distrito, está prevista para finales de este año o comienzos de 2006. Pero las obras de rehabilitación todavía no han comenzado, ni siquiera hay proyecto.

Los otros dos lavabos públicos se ubicarán en la calle de Carders, en el barrio del Born, y en la parte norte del Raval, en el entorno de la plaza dels Àngels, de acuerdo con el plan que tiene previsto el distrito. Habrá hasta ocho, el resto serán cabinas en módulos aislados. De hecho, una de estas cabinas funciona desde este verano junto al quiosco de comida de los jardines de Rubió i Lluch, en la escuela Massana. El problema es que pasa inadvertido por falta de señalización.

A veces, como ayer a primera hora de la tarde, incluso puede verse a alguien orinando en pleno parque a tres metros del quiosco. "Esperamos que el Ayuntamiento lo señalice. A nosotros nos interesa que la gente lo utilice, porque si no ensucian el entorno del bar, huele mal y nos quitan clientes", explicaba el responsable del establecimiento, Andreas Stave, crítico con el consistorio pero reconociendo que "las cosas están mejorando". "Ahora por lo menos limpian los meados una vez al día", dijo.

Equipamientos

Precisamente, la falta de señalización es responsable del casi unánime desconocimiento de la posibilidad de utilizar los baños de otros espacios: el palacio de la Virreina -impolutos-, el mercado de la Boqueria -no tanto-, aparcamientos públicos como el de la avenida de la Catedral -limpios pero calurosos- y los centros cívicos y museos del distrito. Suman 22 lavabos, más los que en verano se instalan en las playas. Eso sí, excepto en el caso de los aparcamientos -abiertos día y noche-, su horario se ajusta al de apertura de cada equipamiento.

Fuentes del distrito de Ciutat Vella aseguran que la instalación de señalización indicativa de estos lavabos públicos es cuestión de semanas o meses. Y es que, además de las necesidades del distrito, las señales en la calle dependen de las áreas de vía pública y movilidad.

Aparte de los lavabos públicos con los que cuenta o contará Ciutat Vella, la oferta en el resto de la ciudad es prácticamente inexistente. Las cabinas que funcionan con monedas se pueden contar con los dedos de una mano: hay una junto a la Font Màgica, en Montjuïc; dos en el parque Güell y otras dos junto a la Sagrada Familia. Por estar instaladas en parques, el funcionamiento de todas ellas depende del Instituto Municipal de Parques y Jardines. El mismo organismo informa de que existen otros 25 baños en chiringuitos de refrescos o comida que funcionan en régimen de concesión en parques de la ciudad.