Katrina amenaza la economía
Además de la grave crisis energética, las consecuencias alcanzarán también al comercio exterior. En total, 80.000 millones en pérdidas
EE UU está a las puertas de afrontar una nueva crisis energética que puede poner en riesgo su sólida expansión económica, aunque se evita hablar de recesión. Pero el colosal problema de refinado tras el devastador ciclón Katrina en el golfo de México no es el único que plantea obstáculos. El puerto de Nueva Orleans, uno de los puntos vitales del país, está destrozado, y eso impone una importante traba del lado de los flujos comerciales con el exterior. El sector de la automoción o la industria aérea también sufren.
El suministro de petróleo y de gas es en este momento la preocupación inmediata para el Departamento del Tesoro. La Casa Blanca y Wall Street confían en que la interrupción sea temporal. Los sectores públicos y privados se han puesto manos a la obra para reparar las plataformas, oleoductos y gasoductos afectados y recuperar la producción de las plantas de refino. Además, se han relajado los estándares medioambientales que se aplican a la industria y se ha autorizado el atraque de petroleros europeos.
El sector de la construcción será uno de los más beneficiados por la catástrofe
En paralelo, la Administración pide a los ciudadanos que sean prudentes con el uso de las gasolinas y conserven energía en su rutina diaria. Pero los analistas empiezan a hablar de la amenaza de una nueva crisis energética en EE UU por los graves daños sufridos en la vasta infraestructura petrolera y gasista en el golfo de México, con la vista puesta en las necesidades del invierno. Se calcula que el equivalente a una producción diaria de dos millones de barriles de crudo quedó fuera de servicio y en ciudades como Denver, Indianápolis, Hartford, Atlanta y Orlando las gasolineras sufrieron problemas de abastecimiento en pleno puente del Día del Trabajo.
La semana pasada, el precio del barril de texas -de referencia en EE UU- se pagaba en Nueva York por encima de los 70 dólares y la gasolina se paga un 35% más que hace un par de meses. La semana arrancaba con el precio del barril de brent -referencia en Europa- bajando, después de que la Agencia Internacional de la Energía decidiera en Viena liberar 60 millones de barriles de sus reservas estratégicas, lo que dio un respiro. Pero como señalan desde el banco de inversiones UBS, "la incertidumbre es grande", y recuerda que "el gasto de los consumidores es vulnerable a la subida en el precio de los combustibles". El encarecimiento de la factura energética tiene un primer efecto sobre la inflación y, como consecuencia, en los hábitos de consumo de los estadounidenses, del que dependen dos tercios del Producto Interior Bruto del país.
La inflación es, a su vez, una de las fuerzas que más deprimen a Wall Street. Pero el Katrina también tiene un efecto negativo multiplicador que afecta a otros sectores. La producción de cereales, por ejemplo, empieza a amontonarse porque el puerto de Nueva Orleans está destrozado y eso está provocando una caída en el precio. El efecto contrario se observa en el café, que se está encareciendo por los problemas de acceso a EE UU y supone una amenaza para la inflación, como indica Merrill Lynch. Y hay otros sectores a escala nacional, como el de la automoción, el de transporte de mercancías, industria química o el aéreo, que sufrirán las consecuencias.
Goldman Sachs cree que el impacto económico del Katrina empezará a sentirse a final de año y comienzos de 2006. Los economistas no están en condiciones de aventurar el golpe exacto del tifón, aunque podría restar hasta un punto al crecimiento el cuarto trimestre. Pero todos coinciden en que será mucho mayor que en otras catástrofes, por el tamaño del área afectada, equivalente a media España, y por su efecto en el sector energético. "La caída en el empleo en la zona devastada y la consiguiente pérdida de ingresos y de producción puede durar meses", señala Goldman, que recuerda que además del puerto se ha perdido el lucrativo negocio de los casinos y el turismo.
Los economistas de Risk Management Solutions estiman los daños del Katrina en 100.000 millones de dólares (80.000 millones de euros), el doble de lo anticipado. A partir de todo esto, en Wall Street empieza a cobrar fuerza la posibilidad de que la Reserva Federal opte por dar un frenazo a su estrategia de subida de tipos de interés (3,5%) en su reunión del 20 de septiembre, para no poner una traba más a la economía. Sin embargo, se parte de la base de que el impacto del tifón no será suficiente para meter a la economía de EE UU en recesión. "La reconstrucción, la reparación de la infraestructura energética y la reducción del precio de los combustibles permitirán que en 2006 el crecimiento siga siendo positivo", augura Goldman. Entre los sectores que podrán beneficiarse están el de la construcción.
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