El otro 'boom' hispanoamericano
Una profesora analiza el éxito de la narrativa femenina de los ochenta en América Latina
A lo largo de los años ochenta se publicaron en Hispanoamérica una serie de novelas que alcanzaron un gran éxito editorial, como es el caso de La casa de los espíritus, de Isabel Allende (1982); Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta (1985) y Como agua para chocolate, de Laura Esquivel (1989). Estas exitosas novelas, traducidas a más de 10 idiomas, cosecharon un gran número de público mayoritariamente femenino en el panorama internacional, constituyendo un fenómeno nuevo denominado como boom femenino hispanoamericano.
La profesora granadina María Ángeles Cantero Rosales acaba de publicar un estudio sobre este periodo literario dentro de la colección Feminae, de la Universidad de Granada. El libro, que se titula El boom femenino hispanoamericano de los años ochenta constituye un proyecto narrativo "de ser mujer". Para Cantero, las principales diferencias entre la narrativa hispanoamericana escrita por hombres en los años sesenta y la femenina de los ochenta son enormes.
"La narrativa de estas escritoras ofrece una nueva perspectiva de la realidad, de la historia oficial, al tiempo que presenta un modelo discursivo y social alternativo, decididamente antipatriarcal. En relación al discurso, estas narrativas cuestionan la voz masculina que en nombre de la humanidad ha venido condicionando la institución literaria", aclara la investigadora, que también ha publicado trabajos anteriores sobre Elena Poniatowska, Luisa Valenzuela o Laura Esquivel.
Uso de la ironía
El enfoque femenino estudiado por Cantero en estas novelas, y que a veces puede ser catalogado como feminista, se propone cuestionar el espacio social asignado tradicionalmente a las mujeres en su papel de hijas, esposas o madres; es decir, en función de su categoría sexual. Ese nuevo mundo interior femenino viene expresado "por el uso marcado de la ironía, con el que se trata de expresar el mundo de las emociones y de los sentimientos, sin que, por otra parte, la voz de estos personajes femeninos resulte hueca o falsamente inocente".
Para la joven autora, que dedicó su tesis doctoral a este tema bajo la dirección del catedrático de literatura hispanoamericana Álvaro Salvador, la literatura escrita por mujeres en Latinoamérica ha ido paulatinamente ganando espacio literario "gracias a las aportaciones de grandes escritoras como Rosario Castellanos y Elena Poniatowska; y muchos siglos antes, las de sor Juana Inés de la Cruz, entre muchas otras. Sin embargo, habrá que esperar a los años ochenta para que estas y otras muchas voces femeninas, silenciadas hasta entonces, adquieran una repercusión mucho más amplia".
Las mujeres latinoamericanas jugaron un papel clave no sólo en la literatura de las décadas de los setenta, ochenta y noventa sino que desplegaron una gran capacidad de organización en torno a la defensa de los derechos humanos, de la vida y de demandas específicas. Por tanto, de algún modo se convirtieron en "protagonistas de las denuncias públicas" y fueron "los pilares sobre los que se empezó a reorganizar el tejido social".
En opinión de Cantero, uno de los desafíos al cuál se enfrentan las mujeres es el logro de una inserción laboral y social en igualdad de condiciones al género masculino. "La crisis económica de finales del siglo XX ha tenido un signo sexista al ensanchar las diferencias salariales entre mujeres y hombres en todos los sectores sociales de Latinoamérica. Es lo que se ha dado en llamar 'la feminización de la pobreza', que ha traído como consecuencia el aumento del número de hogares en condiciones precarias con mujeres a su cargo, con trabajos mal remunerados o inestables".
De todo este entramado social se nutren las autoras que en los años ochenta protagonizaron un gran éxito de crítica y público. Entre todas ellas, la investigadora presta especial atención a las trayectorias de Isabel Allende y Ángeles Mastretta, y a dos de sus libros más significativos La casa de los espíritus y Arráncame la vida.
¿Pero cuáles fueron las razones de semejante éxito? La profesora granadina no duda en afirmar que "si dejamos de lado una serie de factores extrínsecos que facilitaron la difusión de esta ficción, existen otros rasgos intrínsecos que, en opinión de algunos críticos, contribuyen a explicar el éxito de estas narrativas, tales como la apariencia de fácil lectura, la combinación de humor y seriedad, fantasía y realidad, en el caso de La casa de los espíritus; además, del estilo ágil, derivado de la labor periodística de estas escritoras".
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