Respuesta a González y Barenboim
No fuimos invitados al coloquio de Pilas (Sevilla), entre israelíes y palestinos, pero, de haberlo sido, hubiéramos hecho la siguiente exposición:
Estimados Daniel Barenboim y Felipe González: no "para todos los presentes el horizonte posterior a la retirada de Gaza se abriría si se convocara una conferencia de paz como la prevista en la llamada Hoja de Ruta".
Cinco razones, conceptuales y de hecho, nos llevan a la conclusión de que llegó la hora de la Hoja de Ruta, pero no aún la de una Conferencia Internacional tipo Madrid.
1. Efectivamente, la Hoja de Ruta menciona una Conferencia Internacional, pero -y ¡qué pero!- sólo "al llegar las partes" (israelíes y palestinos) a la Segunda Fase. Y ello, "condicionado al completo cese de violencia y terror, el desmantelamiento de organizaciones terroristas, recolección de armas ilegales". Si deseamos emprender el camino hacia la paz por medio de la Hoja de Ruta, debe ser sin atajos, fase por fase.
2. Israel dice sí a la Hoja de Ruta. Nos encontramos en las etapas finales de la desconexión de Gaza. Ella -por su unilateralidad, entre otras- no forma parte de la Hoja de Ruta, pero crea el clima adecuado para renovar la confianza mutua palestino-israelí y sienta las bases para una futura cooperación entre nosotros y nuestros vecinos.
Para embarcarnos en la Primera Fase, es imprescindible que el Gobierno de Abu Mazen ejerza su "Autoridad Palestina" en toda la franja de Gaza. Y tal cual lo establece la Hoja de Ruta: "Fin del terror y la violencia, normalización de la vida palestina y construcción de instituciones palestinas".
Luego de nuestra dolorosa, traumática y costosa retirada, llega el turno de Abu Mazen y de la Autoridad Palestina.
3. La Hoja de Ruta, al mencionar a la Conferencia Internacional estipula que sea convocada por el Cuarteto (EE UU, UE, ONU, Rusia) "en consultación con las partes".
Felipe González afirma: "A veces las partes de un conflicto pueden ver una solución, pero no tener margen de maniobra para operarla. Imponer, entre comillas, esa deseada solución será la única salida".
Imposible: la paz y las negociaciones hacia ella no pueden ser impuestas; deben nacer del diálogo, sin presiones ni imposiciones, con o sin comillas; si no, están destinadas a fracasar.
4. Conferencia Internacional: "Inmediatamente después de la salida de los colonos": pero si el presidente de la Autoridad Palestina viene de anunciar que las elecciones se llevarán a cabo el 25 de enero de 2006. ¿Cree alguien verdaderamente que el presidente Abu Mazen puede acudir a una Conferencia de tal envergadura antes de las previstas elecciones? La pregunta es meramente retórica.
5. La importante Conferencia de Barcelona (29-11-2005) no puede ser "la ocasión propicia para comprometer a las partes".
En Barcelona no estará presente EE UU, ya que no forma parte del proceso euromediterráneo. Su ausencia de por sí anula de antemano toda posibilidad de convertirse en "ocasión propicia".
Asimismo es difícil entrever dicha conferencia como marco apropiado "para comprometer a las partes" (israelíes y palestinos). Presentes allí estarán (¡así lo esperamos!) países árabes que aún están en conflicto bélico con nosotros (Siria y Líbano) y otros que continúan sin demostrar ningún cambio de actitud hacia nosotros.
Barcelona tiene propósitos y metas vitales para toda la región y puede convertirse en un éxito desde muchos puntos de vista, pero no será "Madrid Dos".
Para que una Conferencia Internacional sobre nuestro conflicto no termine en fiasco, debe llevarse a cabo en el momento propicio, debe estar minuciosamente preparada, con agenda preacordada y prenegociada. Sólo así habrá perspectivas razonables de que se convierta en un paso útil hacia la resolución del conflicto y no en una photo-op (oportunidad de fotografiarse) más. De ésas ya hay demasiadas... Por todo ello, estimados participantes en el coloquio, la política del Gobierno de Israel en estos momentos históricos manifiesta claramente: adiós a Gaza, bienvenida Hoja de Ruta. Por ella marcharemos con nuestros vecinos palestinos hasta la consolidación de la visión de los dos Estados del presidente Bush: uno palestino, conviviendo al lado de uno judío, Israel, en paz y estabilidad.
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