Los desplazamientos duran un 50% más por las obras, según el PSOE
Jiménez dice que los atascos quitan 30 minutos de sueño a los vecinos
Los madrileños dedican un 50% más de tiempo a desplazarse por la ciudad desde que empezó "la política equivocada de obras" del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, según denuncia el Grupo Municipal Socialista. A este incremento se suma un descenso de 30 minutos diarios de sueño por la misma causa, según explicó la portavoz del PSOE, Trinidad Jiménez, durante el recorrido que realizó por las obras de reforma de la M-30, la actuación que más trastornos causa a los madrileños, conductores o no.
Falta de información, de planificación, de coordinación, reducción de la velocidad media del transporte público, pérdidas económicas para los comerciantes, inseguridad en las carreteras... La lista de problemas generados por las diferentes obras emprendidas por Ruiz-Gallardón es, para los socialistas, interminable. Y los dos problemas más graves, explicó Jiménez, son que ha aumentado en un 50% el tiempo que los madrileños dedican a desplazarse por la ciudad y, como consecuencia, se duerme media hora menos.
Jiménez visitó tres puntos de la reforma de la M-30, el proyecto más ambicioso del alcalde. El primero fue el soterramiento de la avenida de Portugal, que tiene cortada la entrada a Madrid por la A-5 (carretera de Extremadura) y provoca atascos de más de una hora para recorrer medio kilómetro. Allí, sobre una pasarela provisional que se movía notablemente, la portavoz socialista lamentó que "ciudadanos, operarios y maquinaria pesada coincidan en el mismo punto", con el consiguiente peligro. Jiménez afirmó también que no se puede acceder al centro de salud porque la velocidad de los vehículos en el paseo es excesiva.
La siguiente parada fue Príncipe Pío. Mientras el autobús daba una vuelta entera a la glorieta de San Vicente, la concejal se quejó de que todas las obras se acometan a la vez (en este punto coincide la reforma de la M-30, la construcción del nuevo intercambiador de transportes y la de un túnel de acceso al centro comercial). Además, a causa de las obras, algunos ramales no tienen ni un solo cartel que indique dónde van a parar.
La tercera y última parada se hizo esperar. El trayecto iba desde Príncipe Pío hasta la glorieta de Pirámides, un recorrido que por la M-30 no debe llevar más de cinco minutos. Ayer no había retención, pero ni la salida a Pirámides ni la alternativa de Marqués de Vadillo estaban abiertas, por lo que el autobús tuvo que continuar hasta la plaza de Legazpi para dar la vuelta, donde sí había tráfico intenso. El trayecto necesitó algo más de 20 minutos.
Desde el puente de Toledo, que ofrece una impresionante visión de cómo las grúas han invadido el cauce del río, Jiménez explicó los problemas de inseguridad vial que provocan las obras: "Estrechamiento de calzadas, curvas pronunciadas, muros de hormigón sin arcén que hacen que el conductor gire instintivamente hacia el lado contrario e, incluso, vecinos que han tenido que cambiar la cama de habitación para dormir".
El vecino 'contento'
Estaba Jiménez concluyendo su intervención cuando Antonio Sánchez, vecino del barrio, se acercó a increpar a la edil. "Ningún Gobierno socialista ha querido hacer nada aquí. Esto estaba lleno de ratas, y después de 40 años sin poder abrir la ventana, nos van a hacer una cosa preciosa. ¡Olé, el alcalde Gallardón!", exclamó levantando la voz. Este ciudadano preguntó a la socialista con qué derecho pedía que parasen las obras, en alusión a la moratoria que pidió Simancas y respaldó ayer Jiménez: "¿Me ha preguntado a mí?".
La respuesta del Ayuntamiento a Jiménez llegó a través de la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez. Ésta manifestó que Jiménez "ve caos en el proyecto porque no tiene en la cabeza los problemas de movilidad de la ciudad en su conjunto".
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