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Unió Mallorquina exige tres millones al tránsfuga de Calviá que se unió al PP

El partido bisagra Unió Mallorquina (UM), que lidera Maria Antònia Munar, exige por vía notarial a su concejal tránsfuga de Calvià, Joan Thomàs, que le abone tres millones de euros, por no haber cumplido el "compromiso de fidelidad" adquirido en un documento privado suscrito con su grupo.

Thomàs votó hace un mes con el PP -contra las tesis de UM- la aceptación por el consistorio de la municipalidad de dos urbanizaciones de Santa Ponça, una cuestión que atañe a los intereses del mayor empresario inmobiliario local, Miguel Nigorra, y al colectivo de 3000 residentes. El PSOE denunció un posible cohecho ante la Fiscalía Anticorrupción, que ya ha interrogado al edil díscolo.

Joan Thomàs, con el resto de integrantes de la lista local, firmó antes de las elecciones de 2003 un carta de adhesión a la disciplina de UM, un contrato con cláusulas de penalización que contemplaba la sanción de tres millones, para asegurar que "que no iban a convertirse en tránsfugas políticos". El escrito, desvelado tras la ruptura interna en UM, abría las puertas a la denuncia judicial de la disidencia.

El edil Thomàs niega ser un tránsfuga porque no se ha pasado a otro partido, está en el ámbito de los no adscritos y niega validez a la reclamación económica, exigible en el plazo de un mes después de la ruptura de disciplina. UM cree que el contrato privado de sus candidatos tiene validez en la vía judicial y culpa a su ex compañero de traicionar a los electores y de verse inmerso en un presunto caso de corrupción.

El PP, con 10 ediles gracias al apoyo de los dos concejales de UM, logró hace dos años la alcaldía de Calvià. El PSOE, que obtuvo nueve actas, tras dos décadas en el poder, pasó a la oposición. Ahora el PP, con el voto asegurado de Thomàs, se basta para gobernar en solitario en la segunda población de Baleares, con 45.000 habitantes y un gran volumen de negocio urbanístico y turístico.

La minoría de UM y su líder Munar actúan de bisagras y llevan dos décadas disfrutando del poder, alternando los apoyos de la izquierda y derecha. La actual fractura UM-PP en Calvià responde a un pugilato local, por cuestiones urbanísticas y de influencia política. La crisis del tránsfuga ocurrió al suscitarse movimientos de grupos económicos vinculados a recalificaciones de suelo en el municipio. UM en la crisis aún no ha roto con el PP en Calvià, ya que su primer edil sigue en un cargo de la mayoría local y presiona al alcalde para que cese al ex colega disidente y no se apoye en una mayoría no lograda en las urnas.

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