Una estampida causa mil muertos en Bagdad
El rumor sobre un ataque suicida desata el pánico entre miles de peregrinos chiíes
Un millar de peregrinos chiíes murieron ayer en Bagdad en una estampida desatada por un rumor sobre la presencia de terroristas suicidas. La procesión de decenas de miles de personas atravesaba en ese momento el puente Aima, sobre el río Tigris, situado al norte de la capital iraquí, en su marcha hacia la mezquita del imán Musa al Kadim, uno de los lugares santos más reverenciados por los chiíes de Irak, que representan un 60% de la población del país. La mayor parte de las víctimas perecieron aplastadas o asfixiadas, aunque otros murieron ahogados al precipitarse a las aguas del Tigris cuando la masa de fieles chiíes, presa del pánico, hizo ceder las barandillas del puente. Una hora antes, siete peregrinos habían muerto en un ataque insurgente con morteros.
Un total de 1.030 personas murieron y 322 resultaron heridas en la estampida de los peregrinos chiíes, según cifras facilitadas por el Ministerio de Interior de Irak.
El miedo había hecho mella entre los participantes en la procesión después de que los cohetes y granadas de mortero disparados contra la procesión religiosa causaran la muerte de siete fieles y provocaran al menos dos docenas de heridos. El Ejército de Estados Unidos lanzó una operación con helicópteros contra los atacantes. Un grupo suní desconocido se atribuyó el ataque en un comunicado difundido a través de Internet.
La estampida del puente Aima, que ha causado el mayor número de víctimas mortales en un solo siniestro desde la invasión estadounidense, en marzo de 2003, parece haberse debido ante todo a los infundados rumores sobre la presencia de un hombre cargado de explosivos en medio de la multitud.
Mientras miles de peregrinos continuaban su procesión hacia la mezquita del distrito de Kadimiya, cientos de mujeres chiíes vestidas de negro lloraban sobre los cadáveres extendidos en el suelo. Sobre el propio puente Aima se observaban cientos de sandalias y zapatos de las víctimas apilados. Los hospitales de Bagdad se vieron desbordados por la magnitud de la tragedia. Los cadáveres yacían alineados en los pasillos de los centros sanitarios. Muchos cuerpos aún seguían empapados en agua.
Los insurgentes iraquíes, procedentes en su mayoría de la comunidad suní, han atacado en numerosas ocasiones las procesiones religiosas chiíes a lo largo de los dos últimos años. Las autoridades iraquíes habían bloqueado los accesos por carretera a Bagdad desde el norte, donde se concentra la población suní, desde la noche del martes para prevenir posibles ataques ante la llegada masiva de peregrinos chiíes a la capital iraquí.
Empujones
El ministro de Sanidad iraquí, Abdul Mutalib Mohamed, informó ayer a través de la televisión estatal de que se había concentrado "una gran multitud sobre el puente" y que "la catástrofe se produjo cuando alguien gritó que había un terrorista suicida en el puente". "El pánico se apoderó entonces de los peregrinos que empezaron a empujarse unos a otros hasta el punto de agolparse y asfixiarse", agregó el ministro de Sanidad, próximo a la corriente política del líder radical chií, Múqtada al Sáder, antes de reclamar la dimisión de los titulares de las carteras de Interior y de Defensa como responsables de la tragedia del puente Aima. El ministro de Interior, Bayan Baquer Sulag, aseguró que sus fuerzas no eran las encargadas de la custodia de la peregrinación y trasladó la responsabilidad al ministro de Defensa, el suní Sadun al Dulaimi. Un responsable de las fuerzas de seguridad en el distrito de Kadimiya confirmó que el pánico desatado entre los peregrinos fue la causa de la estampida.
El puente Aima conecta un distrito suní de Bagdad con un área predominantemente suní que durante mucho tiempo se ha considerado como un feudo de la insurgencia y de los partidarios del depuesto presidente Sadam Husein.
La estampida se produce también en un creciente clima de luchas sectarias en Irak, pocos días después de la presentación del texto de la nueva Constitución iraquí ante el Parlamento, en medio de las protestas de la comunidad suní.
Muchos líderes suníes han lanzado un llamamiento a los votantes a rechazar el texto legal en el referéndum nacional para la ratificación popular de la Constitución, previsto para mediados del próximo octubre.
El primer ministro iraquí, el chií moderado Ibrahim al Yafari, hizo público anoche un comunicado en el que expresaba sus condolencias a las víctimas causadas por la estampida. El Gobierno de Bagdad decretó ayer tres días de luto oficial.
Miembros de la milicia chií del Ejército de la Mahdi, ligada al partido del clérigo radical, Múqtada al Sáder, custodiaban ayer la zona del puente Aima donde se produjo la tragedia. Un miliciano impedía anoche el paso de nuevos peregrinos por la zona.
Muchos supervivientes y responsables de las fuerzas de seguridad responsabilizaban a la milicia del Ejército del Mahdi de la magnitud del desastre. Los controles de seguridad a lo largo de la procesión religiosa se convirtieron en auténticos cuellos de botella.
Dos filas ordenadas
Los milicianos registraban especialmente a los hombres ante el temor a que alguno de ellos ocultasen explosivos bajo sus ropas. Hasta bien avanzada la tarde no habían conseguido las milicias que los peregrinos que iban y venían de la mezquita del imán Musa al Kadim y se cruzaban obligatoriamente en puente Aima formasen dos filas ordenadas a cada lado de la calzada.
[El presidente iraquí, Yalal Talabani, acusó al terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui, cabecilla de Al Qaeda en Irak, de la tragedia en la que al menos 1.030 peregrinos murieron en una avalancha humana en un puente en Bagdad. "Detrás del ataque con morteros, que provocó el pánico entre la multitud, está el terrorista Al Zarqaui, un criminal que atiza la hostilidad religiosa en Irak", dijo Talabani en una entrevista con la agencia rusa Interfax. Talabani admitió que las autoridades, por su parte, cometieron "varios errores graves" a la hora de organizar la peregrinación a la mezquita del Imán Musa al Kadim].
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