Un suicida palestino causa 50 heridos en una estación de autobuses de Israel
El Gobierno israelí aprueba la cesión a Egipto del control de la frontera del sur de Gaza
Medio centenar de personas resultaron heridas en un atentado terrorista perpetrado ayer por un suicida palestino en la estación de autobuses de Beersheva, la capital del Neguev. El atentado se produce cuando se cumple la primera semana de la evacuación de Gaza, y tuvo lugar a primera hora de la mañana, cuando un viajero con una maleta en una mano y una bolsa de plástico negra en la otra se abrió paso entre la multitud para acercarse a un autobús de la línea 9 en la estación de Beersheva y preguntarle al conductor si se dirigía a Soroka.
La actitud del viajero y algunos de sus gestos infundieron sospechas al conductor que lo envió hacia un área vacía de la estación, al tiempo que avisaba a dos guardas jurados de la compañía de autobuses para que lo detuvieran. Antes de que lo aprehendieran, el desconocido activó los explosivos, suicidándose en el acto, y provocando heridas a medio centenar de personas, entre ellas los dos guardas jurados. Muchos de los heridos recibieron el impacto de la metralla, que estaba colocada con la bomba en el interior de la maleta.
El atentado fue reivindicado anoche conjuntamente por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa y Yihad Islámica. Esta última formación anunció hace tres días que llevaría a cabo una operación de castigo ejemplar contra los israelíes por el asesinato de dos militantes de su organización y tres adolescentes, perpetrada en la ciudad cisjordana de Tulkarem, en una operación que la Autoridad Nacional Palestina calificó de "criminal".
El atentado, el primero que se produce tras el desalojo forzoso de los colonos de la franja de Gaza por parte del Ejército, no tendrá ningún impacto negativo en el proceso de descolonización impulsado por el Gobierno de Israel.
Control de la frontera
Ayer, pocas horas después del ataque, el Ejecutivo del primer ministro israelí, Ariel Sharon, aprobaba por 18 votos a favor y dos en contra, la cesión a Egipto del control de la frontera sur de la franja de Gaza, hasta ahora en manos del Ejército de Israel. El acuerdo, que deberá ser ratificado pasado mañana miércoles en el Parlamento de Jerusalén, otorgará luz verde a Egipto para que despliegue en la frontera con Gaza una fuerza de 750 policías, quienes apoyados por ocho helicópteros, cuatro patrulleras y una treintena de blindados, deberán hacer impermeable una línea de 14 kilómetros, impidiendo el tráfico de armas y el paso ilegal de personas.
La entrega del control de la línea fronteriza del sur de Gaza a Egipto, en el llamado Corredor Filadelfi, supone un paso importante en el proceso de descolonización de la franja por parte de los israelíes, quienes antes del 15 de septiembre se han comprometido a desmantelar todas sus guarniciones, puestos de control y retirar sus tropas, para entregar el territorio limpio a la Autoridad Nacional Palestina.
Las autoridades israelíes, en el marco del proceso de descolonización, empezaron también ayer a transferir las 48 tumbas de ciudadanos judíos del cementerio de Gush Katif, en Gaza, al interior de Israel. Las dos primeras exhumaciones afectaron a los restos de un soldado, cuyo cadáver fue trasladado y enterrado de nuevo en el cementerio de Nitzan, mientras que en el de Sderot fue enterrado un civil. Los 46 cuerpos restantes serán trasladados uno a uno en un proceso similar que se desarrollará durante el mes de septiembre.
El traslado de las sepulturas está siendo supervisado por las autoridades rabínicas del Ejército, que han solicitado la colaboración de los familiares de los muertos, que según la ley judía, deben organizar nuevos funerales por los fallecidos antes de que estos sean enterrados en el lugar escogido por sus allegados.
El Ejército israelí procederá también en las próximas horas a efectuar otro traslado importante y delicado: 40 familias de origen beduino, vecinos de los asentamientos de Gush Katif, que venían colaborando con las tropas en la persecución de los activistas palestinos. Estas familias, de ahora en adelante, vivirán en el interior de Israel, protegidos por la policía, según estableció el Tribunal Supremo en una reciente sentencia.
La mitad de estas familias beduinas desalojadas poseen desde hace meses nacionalidad israelí, mientras que el resto de los afectados recibirán sus correspondientes papeles, una vez se ultimen los detalles en el ministerio del Interior. El poblado de Dahaniya, donde vivían estas familias, está situado en el sur de la franja de Gaza, en la frontera con Egipto y lo ocupaban unas 350 familias, originarias del Sinai. Las casas de los desplazados serán arrasadas por las excavadoras del Ejército.
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