El mundo en un dibujo

La sala Rekalde y Artium presentan dos exposiciones con un denominador común, el dibujo, que permiten ahondar en la vitalidad y versatilidad de este medio.

En la sala Rekalde se presenta la exposición colectiva Huérfanos del vacío. El mundo a través del dibujo, que agrupa los trabajos de Nathalie Djurberg, Charo Garaigorta, Susanne Jirkuff, Javier Peñafiel, Peter Pommerer y Francesc Ruiz. Más allá del interés individual de cada una de la propuestas reunidas en Huérfanos del vacío, y realmente todas ellas lo tienen, hay que señalar que estamos ante una exposición perfectamente comisariada, con un afinado concepto y con una muy razonada articulación del espacio expositivo, aspectos que parecen ya habituales en esta nueva etapa de la Rekalde. En los últimos años el dibujo ha mostrado una inusitada vitalidad, tanto como medio autónomo, como cuando se sitúa en la base de prácticas transversales con otros medios. Situándola en ese contexto, Huérfanos del vacío lo que consigue es aproximarnos a la actitud, el posicionamiento y la disposición que rige buena parte del trabajo de los artistas que han optado por este medio.

La propia comisaria de la exposición, Chus Martínez, apunta en el catálogo lo que a mi juicio es la clave de esta muestra: "Ninguna de las obras presentadas aquí está exenta de una voluntad de ejercer su derecho al comentario". Efectivamente, los artistas agrupados en Huérfanos del vacío muestran una extraordinaria disposición en este sentido. Se percibe en ellos una decidida voluntad de referencia al entorno y una minuciosa percepción de la realidad, que abordan preferentemente desde una perspectiva satirizante, que combina inteligentemente la ironía y el didactismo. La libertad y la inmediatez que permite el dibujo están acertadamente potenciadas en esta muestra, tanto por el montaje de la misma como por la facilidad que tienen estos trabajos para construir un punto de vista sobre la sociedad tan espontáneo y fresco como lúcido.

Por su parte, la muestra de

Carlos Amorales, en Artium, tiene su principal atractivo en la presentación de su archivo de dibujos que denomina Archivo Líquido. Un conjunto de más de cuatrocientos dibujos vectoriales que muestran claramente el interés de Carlos Amorales por la iconografía popular y mediática, un juego de iconos con una carga simbólica muy abierta que son manipulados y combinados posteriormente en muchos de sus trabajos, tanto en formato vídeo como a través de instalaciones. Contemplando esta especie de alfabeto icónico desquiciado, podemos ver buena parte del proceso a través del cual Amorales, en sus obras, transforma la realidad en un mundo ambiguo, violento y sobre todo imprevisible, que desnuda y da la vuelta al espectáculo en que se han convertido nuestras realidades.